Rectificación en toda regla. Los responsables de la sede provincial de Sanidad Animal ceden ante el clamor del Puerto de Vigo y los operadores y ayer anuló el veto a la importación de harinas de pescado por el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) de Vigo. Esta polémica medida se basaba en el insuficiente espacio que ofrece el puesto de Guixar para una adecuada revisión de una mercancía muy demandada por la industria productora de piensos. Ahora, sin embargo, el departamento dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, accede a lo que rechazaba cuando emitió la prohibición: la entrada de estos contenedores durante el tiempo que duren las obras previstas para ampliar la superficie.
Un giro de 180 grados en la postura de la sede ministerial que se produce 24 horas después de la enérgica protesta del presidente Enrique López Veiga quien en declaraciones a FARO tachó este nuevo veto en el PIF de "disparate inadmisible". Aunque ayer desde Bremen, donde se encuentra encabezando la misión comercial en la feria Breakbulk, se expresó con benevolencia sobre el colofón a una mañana en la que para su disgusto el enésimo bloqueo en Guixar se había apoderado de las conversaciones en los contactos mantenidos en este evento. "Rectificar es de sabios. Menos mal que primó la sensatez.", agregó.
Esta condescendencia de López Veiga con otro cuerpo de funcionarios que ha vuelto a desatar la indignación entre los importadores vigueses surgió una vez la directora del Puerto, Beatriz Colunga, y el jefe del PIF, Manuel Mazoy, recibieron al mismo tiempo el siguiente correo de Esther López Cobo, Coordinadora Regional en Funciones de Sanidad Animal en la Dependencia de Agricultura y Pesca de Pontevedra. Encabezado con el asunto "Importación harinas de pescado" reza así: "Como continuación al correo remitido el pasado día 15 de mayo, comunicarles que a la espera de estudiar las posibles medidas que permitan solucionar el problema detectado en las instalaciones del PIF de Vigo, queda sin efecto mi notificación anterior".
Como avanzó FARO, con esa notificación "anterior" se refiere a la prohibía de la importación de estas harinas a través del PIF de Vigo por espacio insuficiente donde analizarla. Una orden que excluía a los contenedores con esta carga ya en ruta hacia Vigo pero de rigurosa aplicación para aquellos cargados de harina de pescado que se embarcasen a partir del 1 de junio. Para más asombro de los operadores vigueses, como alternativa se les proponía emplear los puertos alternativos Marín y Vilagarcía.
Porque antes de recibir el citado correo electrónico el presidente subía el tono de su reacción contra Agricultura. Desde primera hora de la mañana la delegación provincial ya mostraba signos de que tardaría poco en variar su cerrazón, en cambio, por indicación de López Veiga, la directora del Puerto exigió una rectificación por escrito o de lo contrario advertía que acudirían a los tribunales ante una medida "del todo irregular". "Todo acto administrativo es recurrible pero en este caso no solo se nos privó de esa posibilidad sino que ni siquiera informaron directamente a la Autoridad Portuaria", bramaba el presidente. Estaba dispuesto incluso a reclamar la intermediación de Puertos del Estado hasta que finalmente, a las dos de la tarde, recibía en Alemania la llamada de Beatriz Colunga confirmándole la suspensión del veto.
