Con una población cada vez más envejecida y medidas que reducen los tiempos de ingreso en el hospital, la atención a domicilio ha ganado protagonismo y todo apunta a que seguirá haciéndolo. De ahí que un grupo de médicos del área sanitaria decidieran estudiar el perfil de estos pacientes cuando demandan una asistencia urgente. El Punto de Atención Continuada (PAC) de Vigo realizó en 2015 un total de 4.856 salidas -el 8,1% de sus pacientes totales- y 3.726 eran urgentes -el 6,2%-. El motivo más frecuente por el que llamaron fueron casos de agitación o agresividad (el 15%), principalmente, vinculados a enfermedad psiquiátrica y protagonizados por jóvenes. El segundo, es la alteración de la conciencia (11,4%) en mayores. Y la sintomatología respiratoria, en el resto de adultos.

La gran mayoría de las salidas son por personas de avanzada edad -la edad media es de 78 años y el 58,4% tenían más de 79 años-, pero los motivos por los que llaman son más diversos que en jóvenes. De cada mil mayores de 79 años de Vigo, 124 recurrieron a esta atención del PAC a domicilio, lo que da una idea de la dimensión que puede alcanzar con el envejecimiento de la población. Casi dos de cada tres atenciones son a mujeres, que también tienen más edad -una media de 80,9 años-.

El personal del PAC de Vigo hizo 13 salidas al día de media en 2015. Pero, en los turnos de 12 horas de ambulancia que hace domingos y festivos un equipo específico, ven entre 15 y 23 casos. "Literalmente, tenemos que correr", cuenta la doctora Rosa María Rodríguez, una de las autoras del estudio, junto al jefe del Servicio de Preventiva del Chuvi, Víctor del Campo; y las facultativas Mónica Corral, Ruth Otero y Teresa Calheiros.

Uno de cada cinco pacientes estaban inmovilizados y el porcentaje sube al 44% si se suman dependientes. Uno de cada diez, eran paliativos. Más de la mitad tenían hipertensión; uno de cada tres, colesterol alto; el 22,6%, cáncer; el 21,3%, demencia o deterioro cognitivo: uno de cada cinco, diabetes; y el 17,2% síndrome ansioso-depresivo.

Intentaron conocer a estos pacientes también desde el punto de vista social, pero carecen de tiempo para recoger estos datos. Se plantean cómo seguir investigando.