Los centros comerciales compuestos por pequeñas tiendas empiezan a ser una estampa del pasado. Cada vez más, las franquicias, auténticos motores de las grandes áreas, buscan locales amplios donde poder instalarse. Una de las primeras superficies en comprender esa nueva tendencia fue Plaza Elíptica. En busca del éxito que no logró con pequeñas tiendas y bares, el recinto decidió unificar espacios para atraer así a firmas interesadas en ocupar plantas diáfanas. La apuesta le funcionó. La suma de los negocios de restauración que se desplegaban por la planta baja permitió a Plaza Elíptica habilitar un espacio de 2.000 metros cuadrados en el que se instaló la cadena de gimnasios i-Fitnes, ahora Altafit.
El recinto de la Plaza Francisco Fernández del Riego no es el único interesado en esa fórmula. Otro centro comercial de referencia en la ciudad, el de Camelias, se plantea seguir un camino similar. La superficie pasa por horas bajas, con cerca del 50% de sus 45 locales cerrados desde que en 2017 Inditex decidió vaciar sus tiendas, y busca alternativas para relanzarse.
Una de ellas, explica su gerente, Ricardo Martínez, es unificar pequeños locales para habilitar espacios más amplios. Sobre la mesa habría una propuesta que contempla unir 13 locales en la planta baja y otros tantos en la superior para alcanzar sendos espacios de 800 m2, si bien desde el recinto insisten en que no hay nada cerrado. Camelias presenta una peculiaridad especial: una junta de propietarios que deberían ponerse de acuerdo para reestructurar los locales.
Hace solo unos meses trascendía que el grupo Inditex estaba negociando con la cadena Viva Gym para reconvertir en un gimnasio low cost la superficie que hasta hace año y medio ocupaba Zara. Aunque llegó a apuntarse que el nuevo negocio se instalaría en una superficie de 1.500 m2, las negociaciones no llegaron a cerrarse.
Plaza Elíptica y Camelias no son en cualquier caso las primeras en apostar por la fusión de pequeños locales. Conscientes de las limitaciones de las establecimientos reducidos, a principios de 2017 los comerciantes de A Pedra decidieron dar un giro a la filosofía del emblemático mercado: tiraron divisiones y unieron locales con la esperanza de que -al ganar tiendas más amplias y despejadas- el recinto recobrarse su atractivo. A diferencia de lo que ocurrió en Plaza Elíptica, la estrategia no les funcionó.
Más de dos años después A Pedra sigue sin recuperarse del estado "comatoso" en que quedó tras la macrorredada de la Operación Cuarzo, desplegada en octubre de 2015 y que se saldó con buena parte de los negocios precintados durante meses por orden judicial- Cuando la jueza levantó esa prohibición, las dificultades de los comerciantes para retomar su actividad y los impagos dentro de la propia asociación dificultaron que el mercado pudiese reflotar.
En marzo su presidente, Alfonso Méndez, explicaba que el colectivo estudiaba de hecho apostar de forma aún más decidida por la fusión de espacios. La propuesta que tenía sobre la mesa pasaba por sumar antiguos puestos para habilitar una tienda mayor. Méndez aseguraba entonces que ya había interesados en ese enfoque, si bien precisaba que se trataba de particulares, no de grandes marcas.
Otra área comercial que ha asistido a la suma de locales es Gran Vía, donde la multinacional de Amancio Ortega unió espacios para crear una gran tienda de Zara.
