Marea de Vigo plantea una gestión municipal más participativa y defiende un modelo de ciudad descentralizado, que tenga en cuenta los problemas y necesidades específicas de cada núcleo de población. Para ello propone la creación de Juntas de Distrito, "una herramienta que permitiría que los vecinos de las parroquias tomen decisiones por sí mismos". Esta figura administrativa permitiría una planificación "concertada y coordinada que evitaría que se profundicen en las desigualdades".