Ni siquiera los vigilantes de seguridad o los voluntarios de Protección Civil fueron capaces de librarse del baño de colores que inundó ayer Samil. La sexta edición de la Holi Life Vigo congregó a más de ocho mil participantes que antes del comienzo oficial de la carrera, fijada para las once aunque comenzó media hora después, bailaban al ritmo de la música electrónica que se pinchaba desde el escenario. Sobre ellos, unos cañones lanzaban polvos de todos los colores, emblema oficial del evento, que adapta la tradición de la fiesta de la primavera india, la Holi, en la que se lanzan polvos y también agua coloreada como símbolo de la felicidad por la llegada de la nueva estación.

Pese a la alegría dominante, se vieron algunas lágrimas entre algunos de los jóvenes que guardaban la cola para inscribirse y que veían como minutos antes de las once finalizaba la venta de dorsales porque ya se habían agotado.

Bajo un sol de justicia y temperaturas que superaron de largo los 30 grados bajo el sol -la máxima en el centro de Vigo fue de 29,3 grados-, miles de personas, en su mayoría pandillas de jóvenes pero también muchas familias con niños pequeños -algunos de apenas unos pocos meses de edad- aguardaban con expectación el lanzamiento del polvo de color azul, verde, rosa, rojo o morado. En total, cerca de ocho toneladas del compuesto 100% natural y que no produce alergias.

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La Holi Life hace estallar Samil en una nube multicolor

El espíritu festivo del Holi Life -antes conocido como Holi Run- no impidió también lanzar un mensaje para concienciar sobre la violencia machista. "Tenemos que recordar a las víctimas que no están solas y que la vida es de colores", señalaba la conductora del festival, que acto seguido pedía a los participantes que lanzasen el polvo de sus bolsas individuales de color morado.

Faltaban apenas unos minutos para las 11:30 horas y el alcalde, Abel Caballero, disfrutaba también de la fiesta desde el palco, con un micrófono con el que animaba a los participantes. "Somos los mejores del mundo. Ni Londres, ni Nueva York ni París", gritó el regidor, que se animó también a dar unos pasos al ritmo de la música electrónica. Con su ya tradicional "Viva Vigo", dio el pistoletazo de salida a la carrera que muchos de los participantes realizaron andando por el intenso calor.

Muchas pelucas, también diademas con cuernos de unicornios o de Minnie Mouse y sobre todo un sinfín de faldas de tul de todos los colores adornaban la vestimenta de los asistentes, con camisetas blancas con el logotipo de la fiesta.

Entre ellos, cuatro jóvenes de la Asociación de Familias de Personas con Parálisis Cerebral (Apamp) que desde sus sillas de ruedas y también embadurnados de colores destacaban por sus sonrisas de absoluta felicidad.

Al regreso de los cinco kilómetros de recorrido de la carrera, sin finalidad competitiva, tocó el regreso a la zona de baile para continuar danzando al ritmo de la música electrónica y el reggaeton bajo la batuta de los DJ Ben Hassel y Christian Álvarez, respectivamente. La fiesta se prolongó hasta las tres de la tarde y muchos la continuaron desde la playa, que se tiñó también con los colores de la fiesta.