"¡Lume ao inverno!". El Casco Vello volvió a volcarse con la celebración y representación de una de sus fiestas más tradicionales: Los Maios. Decenas de personas se dieron cita en el entorno de O Berbés para presenciar el cambio de estación y dar la bienvenida a la primavera. El buen tiempo favoreció la nutrida presencia de vecinos y sobre todo niños, que presenciaron con ansia la representación.

Las flores fueron sin duda el elemento de unión de esta festividad que reivindica el fin del invierno, al menos hasta el año que viene. La plaza quedó perfectamente engalanada para combatir al invierno con el tradicional manto floral con el que se cubrió la farola central. Pero también con el "maio" que este año realizó el colectivo Os Ninguéns. El momento álgido llegó con la representación: entre abucheos el invierno se hizo fuerte e intentó quedarse, pero la primavera lo impidió. La recibieron con vítores y se festejó su llegada con los tradicionales bailes con lazos y arcos.