En un plazo de seis meses, antes de que finalice el año, habrá sobre la mesa una propuesta para mejorar la garantía del abastecimiento del agua en Vigo y evitar la amenaza de sequía que se cierne sobre la ciudad y los diez municipios de su entorno cada vez que se produce un periodo largo sin lluvias. Será una comisión técnica la que hará un estudio de las diferentes alternativas y otro de impacto ambiental, tras la entrada en vigor del convenio firmado entre Concello, Xunta y el Ministerio de Transición Ecológica, publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado.

El documento subraya la importancia de hallar "una solución a largo plazo" que garantice el abastecimiento a Vigo, Redondela, Soutomaior, Porriño, Mos, Salceda, Moaña, Cangas, Baiona, Nigrán y Gondomar. "El objetivo será garantizar el almacenamiento de agua necesaria para atender la demanda actual y futura de recursos hídricos, tanto en cantidad como con la calidad adecuadas", asevera el texto, que hace referencia a la importancia de tomar este tipo de medidas ante la amenaza que supone el cambio climático y la mayor escasez de lluvias.

El convenio, dotado con 200.000 euros a aportar a partes iguales en 2019 y 2020 entre las tres administraciones, alarga su vigencia hasta el 31 de diciembre de 2021 con posibilidad de una prórroga de otros cuatro años aunque ayer el alcalde de Vigo, Abel Caballero, aseguró que en un plazo de "seis meses" habrá una propuesta sobre la mesa.

Tras la publicación del convenio en el BOE y su entrada en vigor, en el plazo máximo de quince días se constituirá una comisión técnica conformada por un representante de cada una de las partes que se encargará de proponer las diferentes alternativas a estudiar. En concreto, de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Augas de Galicia y el Concello de Vigo.

Estas son, según explicó Abel Caballero, el recrecimiento de la presa de Eiras para que aumente su capacidad de almacenamiento de agua, la construcción de un nuevo embalse, un trasvase de emergencia o el bombeo de agua desde el río Miño. "El mayor problema de Vigo es el abastecimiento de agua", asegura el regidor vigués, que remarca que la capacidad de Eiras es insuficiente para garantizar el agua a una población equivalente de 700.000 personas (500.000 reales y otras 200.000 que serían las necesidades de la industria). De hecho, recordó que la capacidad de la presa abarca para un periodo de seis meses. Dicha "debilidad", apunta además el convenio, ya fue señalada en la actualización del plan de Abastecimiento de Galicia realizado en el 2013.

De todas las medidas contempladas, el alcalde cree que el bombeo desde el Miño será la opción por la que se decante la Xunta. En su comida con empresarios este lunes, Caballero aseguraba que esta alternativa implica la puesta en marcha de una conducción de 45 kilómetros y que tan sólo el coste energético del bombeo de agua supondría un millón de euros anuales. Además, tampoco está de acuerdo con esta posibilidad al considerar que la calidad del agua del río Oitavén, que es el que surte la presa de Eiras, es de "calidad extraordinaria" y que, sin embargo, "la calidad del agua del Miño es baja".

"El objetivo es resolver el problema del abastecimiento del agua para todo el siglo XXI", subrayó el alcalde, que se felicitó de la consecución de un convenio que vino de la mano del Gobierno del PSOE. "Tuvo que llegar Pedro Sánchez para obligar a la Xunta a implicarse", aseguró.