El Puerto pidió a la firma israelita Econcrete propuestas para el ecopaseo de Bouzas. Su CEO, Shimrit Perkol-Finkel y el jefe de negocio en el sur de Europa, Paolo Tedone, explican en esta entrevista la particularidad de sus estructuras.
- ¿Qué tienen de especial sus módulos para que ya comiencen a extenderse por los principales enclaves marítimos del mundo?
-Paolo: Aunque es relativamente fácil crear materiales generadores de biodiversidad luego no cumplen con los estándares de resistencia o serían muy costosos de fabricar. Nuestra receta resiste y dura más, es amable con el medio y estimula salud de nuestros océanos.
- Con un hormigón así de respetuoso con el medio ambiente, más resistente y estético que el estándar, su uso generalizado en las construcciones portuarias será cuestión de poco tiempo. ¿o no?
-Shimrit: En eso estamos. La idea es cambiar la manera en que funciona la industria en 10 años; que toda construcción se combine con la creación de riqueza. Es como pasar de un bombilla normal a una LED. Hay estudios en Estados Unidos que prueban que una estructura cubierta de ostras tiene una mayor resistencia estructural pero también una gran capacidad de absorber las olas mucho más elevada que la estructura sin ellas.
- ¿Es ese el cometido del proyecto que ganaron en Nueva York?
-P: Sí, se llama "Living Break Waters". Son nueve rompeolas que llevan 2.000 unidades fabricadas por Econcrete. Presupuestado en 74 millones de dólares, el proyecto se dirige a proteger la isla de Staten Island, al sur de Manhattan. Y la protección se garantizará gracias a la acción de las ostras porque se han dado cuenta de que las ostras mitigan la acción del mar.
- Sus instalaciones se conocen también por su atractivo turístico.
-S: Tanto es así que en un puerto de Tel Aviv quisimos sacarlas para extraer muestras y nos dijeron: "Ni se os ocurra". Hay familias que van a bucear, a hacer snorkeling los fines de semana. En Brooklyn, Nueva York, hay un ecopaseo con piscinas naturales de Econcrete, también con éxito. El objetivo del proyecto de Vigo es diferente. Que la gente observe el paseo todo cubierto de vida marina, pudiendo bajar al pantalán donde verán los peces a 30 centímetros, casi tocándolos. Y aquí partimos con la ventaja del enorme potencial productivo de estas aguas.
