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El peso de la población extranjera en el centro urbano llega a quintuplicar el de las parroquias

Los vecinos de Vigo con una nacionalidad diferente a la española representan el 7,7% en el entorno de Casablanca y Venezuela -En Matamá, Beade, Bembrive y Zamáns son el 1,5%

Hugo Barreiro

Vigo es una ciudad cosmopolita. La influencia de su tejido industrial, su tamaño, sus vínculos históricos con otros continentes y países y sobre todo la influencia de su puerto la han convertido en el hogar de miles de personas nacidas fuera de España. Los últimos datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) muestran que en 2018 residían en Vigo cerca de 13.000 personas con una nacionalidad extranjera, lo que representa algo más del 4% de todo el padrón local. El peso de esos vecinos llegados del resto de Europa, América, África, Asia u Oceanía varía mucho sin embargo de un punto a otro del municipio. Poco tiene que ver su representación en el corazón del casco urbano con la que alcanzan en parroquias como Matamá, Beade, Bembrive, Zamáns o Alcabre.

Las tablas del IGE revelan que en los barrios más céntricos casi uno de cada diez vecinos tienen una nacionalidad diferente a la española. En el rural esa proporción se reduce de forma drástica. En el bautizado como Distrito 1, que abarca el entorno del Casco Vello y el centro de la ciudad, residían a comienzos del año pasado unos 1.300 extranjeros, lo que representaba el 6,3% de todo el censo. Un dato similar se alcanza en el 2, el área que comprende los barrios de Casablanca y Venezuela, donde hace un año los foráneos sumaban 2.500 vecinos, el 7,7% del total.

La situación es diametralmente opuesta en las zonas más periféricas del municipio. En el área formada por Matamá, Beade, Bembrive y Zamáns, clasificados en conjunto como Distrito 8, la población extranjera no representaba el año pasado ni el 1,5% del censo. En la compuesta por Alcabre, Navia, Comesaña, Coruxo y Saiáns, el porcentaje es similar: del 1,9%.

Aunque en los puntos más céntricos de la ciudad, la proporción de foráneos es significativa y llega a rozar el 10%, lo cierto es que su peso ha menguado en los últimos años. El distrito de Casablanca y Venezuela, por ejemplo, donde los extranjeros representan el 7,7% del vecindario, ha visto en el último lustro cómo este colectivo retrocedía varios puntos. Hace apenas siete años, en 2012, los residentes con una nacionalidad distinta a la española representaban cerca del 9%. Algo similar ocurre en el Casco Vello y el corazón urbano. Si en 2018 los extranjeros representaban el 6,3% de su padrón, en 2012 eran el 9,05%.

Detrás de ese descenso se esconde en gran medida la crisis que sacudió la economía local en los últimos años. El "pinchazo" de la construcción y el aumento del desempleo llevó a una parte significativa de los inmigrantes que se habían instalado en Vigo a hacer las maletas para buscar trabajo en otros países. Aunque entre 2017 y 2018 el censo de foráneos experimentó un ligero repunte -de casi 12.300 en 20178 pasó en 2018 a rozar los 13.000-, durante los años anteriores se había desplomado hasta tocar fondo en 2017 con menos de 12.300.

Una evolución similar experimentó el colectivo de vecinos nacidos en el extranjero, que no coincide con el anterior al incluir a aquellos vigueses que -a pesar de haber llegado al mundo fuera de España- cuentan ya con la nacionalidad. En 2018 sumaban 30.900, cerca de un millar más que un 12 meses antes, pero durante los años anteriores su número se había resentido hasta quedarse por debajo de 29.300.

Las nacionalidades

Si la distribución de extranjeros por barrios dista mucho de ser homogénea, tampoco lo es la de las diferentes nacionalidades. La población americana, por ejemplo, representa el 70% de toda la foránea en el distrito de Casablanca y Venezuela, mientras que el mismo porcentaje en el conjunto de Matamá, Beade, Bembrive y Zamáns desciende al 50%. Algo similar ocurre con la africana: en el área 2 los vecinos con documentación expedida en este continente representan casi el 8% de toda la población extranjera del barrio. En Teis no llega ni a la mitad: suponen apenas el 2,7% de todos los vecinos con nacionalidad distinta a la española. Entre otros colectivos, como el asiático, la distribución es bastante más uniforme. En prácticamente todos los distritos representan el 2%.

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