Una viguesa vivió un auténtico acoso con hasta 182 llamadas y mensajes en un sólo día, que en ocasiones incluían insultos. El teléfono no dejaba de sonar, aunque no siempre contestaba. Era su expareja y padre de su hija menor de edad que la hostigaba para retomar una relación concluida en agosto de 2017 que se negaba a aceptar.

Una estrategia persistente de hostigamiento que JM.M.SA. admitió ayer en el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo. Entre el 1 de enero de 2018 y el 19 del mismo mes, la mujer recibió decenas de llamadas y mensajes prácticamente a diario. En ocasiones se contabilizaron 91 y 17 mensajes, otros días más de 30 y el máximo fueron 182 en una sola jornada.

El acusado aceptó ayer un acuerdo de conformidad con la Fiscalía pro el que se le condena a un año de prisión (se suspende la pena si no delinque en los próximos dos años), dos años de alejamiento y prohibición de comunicarse con la víctima y 10 días de trabajos en beneficio de la comunidad por las vejaciones vertidas en uno de los mensajes.