Una de las imágenes más reveladoras que deja el 28A es el cambio de color político del mapa provincial de España. Del azul del PP que predominaba tras la cita con las urnas de 2016, se pasó el domingo a un mapa bañado por el rojo corporativo de los socialistas, una homogeneidad moteada en algunas regiones del país por los colores de los populares, el PNV o ERC. En Vigo. Los datos por distritos del 28A revelan que el PSOE venció en el 95% de las mesas electorales de la ciudad. De las 372 mesas repartidas a lo largo y ancho del municipio, la candidatura de Pedro Sánchez solo "pinchó" en 13: en tres la aventajó la lista de Pablo Iglesias y en las diez restantes la de Pablo Casado. En dos de estas mesas Ciudadanos llegó incluso a superar en sufragios al PSOE. En otras tres urnas los socialistas empataron con las listas de Podemos o PP.

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Elecciones Generales 2019 | Celebración en la sede del PSdeG en Vigo

Celebración del PSdeG en Vigo. // R. Grobas

El respaldo al PSOE tiñe de rojo las nueve divisiones electorales del municipio, que en su mayoría se despidieron del 28A con una ventaja aplastante de los socialistas. Su candidatura se impuso en el centro, las zonas más periféricas del casco urbano y las parroquias. Una fotografía que contrasta con la que dejaron las elecciones generales de junio de 2016, cuando el PSOE no consiguió imponerse en ninguno de los distritos del municipo, que entonces se coloreaban con el azul del PP o el morado de la candidatura de En Marea, en la que se integraban Podemos y Esquerda Unida (EU). En algún caso, como el centro o los distritos conformados por Matamá, Beade, Bembrive, Zamáns, Valadares y Alcabre, Navia, Comesaña, Coruxo, Oia y Saiáns, los socialistas eran la tercera formación. En 2011 el PP se había impuesto en todos los distritos con holgura. Solo en el comprendido por Traviesas, Castrelos, Sárdoma y A Salgueira, el resultado fue algo más ajustado.

La media docena de mesas electorales que rompieron la monocromía socialista el domingo se concentran, sobre todo, en el casco urbano. El PP aventajó en sufragios al PSOE en urnas situadas en la Casa da Cultura, el CEIP García Barbón, la estación de trenes de Urzáiz, la sede del Concello, el EEI Hernán Cortés, el IES Santa Irene y CEIP de la Carrasqueira. Podemos lo superó, a su vez, en el Pabellón do Berbés, Casa da Cultura y Casa das Artes.

La otra gran lectura, que vio cómo perdía apoyos en todos los distritos de la ciudad, incluso los situados en el centro, su caladero habitual de votos. En la zona 1, que comprende el Casco Vello, García Barbón y su entorno, los populares sufrieron un desplome del 35%, hasta quedarse por debajo de los 3.000 sufragios. En los otros dos distritos que comprenden el núcleo del casco urbano los descensos son, respectivamente, del 36 y 39% si se comparan con los resultados cosechados hace cuatro años.

Una de las consecuencias de ese "pinchazo" es que en seis de los nueve distritos de la ciudad el PP ni siquiera figura como segunda fuerza más votada, un puesto que le arrebata la formación de Pablo Iglesias. En las áreas comprendidas por Gran Vía, Bouzas, Fragoso y Coia, Traviesas, Castrelos, Sárdoma y Salgueira, Teis, y San Xoan Poulo, Calvario, Lavadores, Candeán y Sampaio, Matamá, Beade, Bembrive, Valadares y Zamáns y Alcabre, Navia, Comesaña, Coruxo, Oia y Saiáns Podemos relegó al PP hasta enviarlo a la tercera posición.

En 2016 la fotografía era algo distinta. Entonces el PP -liderado por Mariano Rajoy- se alzó como la fuerza más votada en uno de esos distritos, el comprendido por Matamá, Beade, Bembrive, Valadares y Zamáns, y era la segunda -por detrás de En Marea, entonces respaldada por Podemos y EU- en los restantes. Cuatro años antes las urnas situaban a los populares como la opción predilecta en los nueve distritos, incluidos aquellos en los que ahora son terceros.

El plato agridulce del 28A fue para el BNG. La formación nacionalista vio cómo los vigueses reforzaban su confianza en sus listas, pero a pesar de ese repunte de votos su posición en el tablero electoral terminó seriamente resentida. En 2011 el Bloque era la tercera fuerza más votada del municipio. Cuatro años después, ya resquebrajado el esquema del bipartidismo y con nuevas agrupaciones en ascenso, los nacionalistas se quedaron relegados a quinta fuerza con 3.301 sufragios, muy por detrás de En Marea (50.829) y Cs (15.912). Aunque el domingo el BNG logró recuperar parte de su músculo y escaló hasta los 7.1147 apoyos, la realidad es que la entrada en juego de Vox lo baja un peldaño más en la escalera electoral: ahora es ya la sexta fuerza. Con el 4% de los votos, se mantiene en cualquier caso por delante de En Marea, que no llegó a los 2.000.

Una de las claves del ascenso del BNG. En Vigo se alcanzó un nivel similar al del conjunto del Estado, por encima del 76%, casi cinco puntos más que en los anteriores comicios generales. Gracias en parte a ese aumento de papeletas emitidas, los nacionalistas ganaron apoyos de forma contundente en todos los distritos. En el tercero, formado por Traviesas, Gran Vía, el centro de Orillamar y Torrecedeira, pasaron por ejemplo de los 435 votos recabados en junio de 2016 a 1.029, lo que revela un incremento notable, que supera el 136%.

El cuarto puesto en el tablero local vigués lo ocupa Cs, con 21.461 votos, casi el 12% de los emitidos en la ciudad. La formación de Albert Rivera ha constatado también cómo sus respaldos aumentaban en toda la ciudad, hasta el punto de que en dos mesas electoral del centro -ambas situadas en la Casa da Cultura- llegó a superar incluso al PSOE. En una de ellas el partido naranja recibió 87 papeletas frente a las 84 de los socialistas y en la otra cosecharon 126 sufragios, ligeramente por encima de los 122 de la lista de Pedro Sánchez. En ambos casos, sin embargo, las siglas más votadas fueron las del PP, con 180 y 192 respaldos, respectivamente.

El escenario post 28A en Vigo está en sintonía con el de otros puntos de España, en los que el PSOE logró reforzar su posición hasta pasar de 85 a 123 diputados. A lo largo de las últimas semanas los principales candidatos, como Pedro Sánchez, Pablo Casado o Pablo Iglesias, pasaron por Vigo en un intento por movilizar a su electorado y ganarse el voto de los indecisos. Los resultados del 28A marcarán en gran medida los próximos comicios municipales, convocados para el 26 de mayo y en los que el actual alcalde, el socialista Abel Caballero, espera reforzar su actual mayoría absoluta -dispone de 17 concejales- en la corporación.

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