El Náutico encara la salida del concurso de acreedores. Tras años de ajustes, inversiones, esfuerzos por frenar la sangría de afiliados, potenciar el gimnasio de As Avenidas y promocionar sus dársenas deportivas, de negociaciones, sudor y sobre todo de muchas cuentas, el club está a punto de dar un paso decisivo para su futuro: firmar un acuerdo con sus acreedores que le permitiría abandonar la situación concursal en la que se encuentra desde finales de 2016, cuando la anterior directiva, presidida por Justo Ballesta, decidió ampararse en esa figura jurídica asfixiado por una deuda que entonces la junta fijó en 5,1 millones y más tarde el administrador elevó a cerca de 6,5.
El actual presidente del Náutico, Rafael Tapias, señala que la sociedad tiene ya perfilados preacuerdos con acreedores y espera firmar el convenio definitivo que le permita salir del concurso "entre septiembre y octubre". Con ese paso, la sociedad de As Avenidas dejaría atrás una situación que se remonta con altibajos a 2013. En marzo de ese año la directiva que entonces llevaba las riendas del club, encabezada por Viviana García, se acogió al preconcurso de acreedores para salvar a la entidad, lastrada por facturas que sumaban unos 4,5 millones de euros. Cuatro meses después, en julio de 2013, alcanzaba un acuerdo in extremis que evitó la entrada en concurso.
A partir de ese momento el Náutico contó con un "respiro" de tres años. Para despejar de forma definitiva el futuro del club, en julio de 2016 la directiva liderada por Ballesta acordó volver a solicitar el preconcurso. En esa ocasión no hubo pactos in extremis. Tres meses después -octubre de 2016- la institución se acogía al concurso, aunque garantizando en todo momento que el paso se daba para fortalecer de forma definitiva la salud financiera de la sociedad. De hecho el anuncio se acompañó de un plan estrategio hasta 2019 que -según detalló entonces la junta- buscaba quitas de más del 50% y aplazamientos de cinco años.
Asamblea en mayo
La más que previsible salida del concurso en cuestión de meses no es el único indicador de la mejora de las finanzas del club. El lunes 13 de mayo la sociedad prevé celebrar una asamblea ordinaria en la, entre otras cuestiones, someterá al visto bueno de sus socios las cuentas auditadas de 2018 y la propuesta de presupuestos para 2019. Uno de los datos más relevantes de esos documentos es el superávit que registraron el ejercicio pasado.
A pesar de que hace un lustro la entidad soportaba unas pérdidas más que abultadas -224.100 euros, en 2014-, el año pasado se cerró con un superávit de cerca de 84.000 euros. El dato deja una triple lectura positiva: consolida la tendencia que ya se adivinaba en 2017, ejercicio que se cerró con unos beneficios de 54.000 euros; mejora ligeramente las previsiones iniciales del club, en las que se contemplaban 54.000 euros de superávit; y -lo más importante- el resultado positivo se alcanzó durante un año en el que el club hizo un fuerte esfuerzo inversor para la reforma y mejora de sus instalaciones.
En 2019 el club prevé sin embargo alcanzar un "resultado cero", lo que significa que no anotará beneficios, pero tampoco pérdidas. Tapias explica que ese cambio de un ejercicio a otro se debe en gran medida a "gastos extraordinarios ajenos al club", como la subida del salario mínimo interprofesional, que se traducirá en 130.000 euros; o el encarecimiento de la energía y el combustible, que supondrá otros 50.000 euros. En total, la sociedad de As Avenidas estima que esos gastos que se escapan de su control rondarán los 200.000 euros.
A pesar del repunte de gastos, la directiva ha decidido no subir las cuotas de los afiliados. Desde hace años uno de sus grandes objetivos -al igual que el de otras entidades similares de Vigo, como el Círculo Mercantil- es frenar la pérdida de socios que padeció el club durante años y en la medida de lo posible ganar nuevas altas. Las cuotas que abonan los afiliados son pieza clave en las finanzas del Náutico. En 2017, por ejemplo, sus cuentas contemplaban ingresar cerca de 1,12 millones a través de esa vía, lo que la convertía en su principal fuente de fondos. La junta directiva aspira sin embargo a diversificar ese capítulo para robustecer la salud financiera de la sociedad.
Tapias explica que las dársenas deportivas de A Laxe y As Avenidas, otra de las grandes vías de ingreso gracias al alquiler de plazas de amarre, tránsitos y servicios vinculados, gana demanda. Destaca también el repunte de su departamento de hostelería, que estaría creciendo a un ritmo cercano al 30%.
