Dietas, gimnasios, cremas... Existe una fuerte corriente de culto al cuerpo en nuestra sociedad que, por supuesto, se refleja también en el campo de la medicina estética y la cirugía plástica, donde se observa un fuerte repunte de intervenciones quirúrgicas como liposucciones y lipoesculturas.

"España es el país de Europa donde más se recurre al bisturí, pero existen otras opciones para aquellas personas que no quieran someterse a una operación", afirma el doctor Jorge Novoa Amarelle.

- ¿Cuáles son las principales intervenciones quirúrgicas para la remodelación corporal?

La más conocida es la liposucción, que consiste en la extracción de grasa o de tejido adiposo en aquellas zonas donde el organismo no es capaz de quemarla por si mismo. Una nueva evolución sería la liposucción láser o lipoláser, donde se produce un licuado de la grasa ante de ser extraída permitiendo así un proceso más natural para el paciente.

- ¿Qué opciones tienen aquellos pacientes que no están dispuestos a recurrir a una intervención quirúrgica?

El proceso es mucho más lento pero podrían llegar a observar resultados muy similares a los de la liposucción. Una de estas opciones es la intralipoterapia, que consiste en la infiltración directa en el tejido adiposo de un producto específico que, al contacto con el adipocito, lo rompe para poder eliminar los lípidos de forma natural.

En esta línea también tenemos la carboxiterapia, que consiste en la infiltración de dióxido de carbono por vía subcutánea. Así se consigue estimular la oxidación de los ácidos grasos y reducir la celulitis y la flacidez de la piel.

- ¿Y para aquellas personas que tengan pánico a las agujas?

También existen alternativas. Una de ellas es la endermología o LPG, que consiste en realizar una mecanización tisular sobre las células grasas de la hipodermis, reactivando la circulación sanguínea y linfática y favoreciendo así la eliminación de los desechos metabólicos.

Dentro de la misma familia de tratamientos no invasivos también tenemos la radiofrecuencia Indiba, que produce una diatermia en el cuerpo de forma totalmente localizada, otorgando de esta manera efectos increíblemente beneficiosos e inocuos para la salud alcanzando una mayor oxigenación del epitelio, un incremento del flujo y de la circulación sanguínea, la síntesis de elastina y nuevo colágeno o el fomento de la activación celular.