De Perú, México, Kazajistán, Ucrania y Georgia proceden los cinco talentosos pianistas que ayer se midieron en la final de la tercera edición del Concurso Internacional de Piano, organizado por la Asociación de Música Clásica de Galicia. El jurado los seleccionó como los mejores entre los 381 de 53 países que aspiraron a participar. Noventa de ellos demostraron su habilidad al teclado esta Semana en el auditorio Martín Códax del Conservatorio Superior de Música de Vigo.

Esta edición se enfrentó a un sobresalto en su último día. En la selección inicial de los cinco finalistas, efectuada el viernes, el jurado incluyó a Alexey Sychev, de 31 años y procedente de Rusia. Sin embargo, el músico tuvo que ser operado ayer por una apendicitis. En su lugar, accedió a la última ronda el mexicano Rolando Valdés, de 28 años.

El más joven de los finalistas, con 18 años, fue Giorgi Gigashvili, que se desplazó a Vigo desde Georgia para participar en esta competición. Lo hizo motivado, "especialmente", por la reputación del jurado y, en especial, por la argentina Martha Argerich, a la que se dedica esta edición especial del certamen. "Desde que recuerdo, desde mi niñez, es mi ídolo", cuenta y añade que adora como toca el tercer concierto de Serguéi Prokófiev. "Ella es increíble", concluye. Agradece estar entre los cinco seleccionados, en particular porque "el nivel de los competidores es muy alto". "Es un placer ser parte de los finalistas". Ayer demostró lo mejor de él interpretando obras de Bach, Rachmaninov y el propio Prokófiev

Además de la ciudad y su "cálida" y "abierta" gente, a Girogi le ha gustado mucho la filosofía del certamen de no poner límites de edad. "La competición no es sobre la edad, sino sobre cómo tocas. Había una niña de once años y era fantástica y un hombre de 53 años y era asombroso también. No hay una diferencia de nivel en la edad, la diferencia es en cómo interpretas", argumenta.

También fue el jurado lo que atrajo a Alim Beisembayev, de 21 años y nacido en Kazajistán, aunque en la actualidad estudia en Londres. "Todo el mundo quiere tocar para Martha Argerich o hablar con ella", subraya y agrega: "Es una leyenda histórica del piano".

La otra razón que llevó a Alim a participar en el certamen es que nunca había visitado España. Le da pena no tener más tiempo para conocer esta "preciosa ciudad portuaria". Se muestra "muy contento" de haber elegido una competición sin límite de edad. "No creo que haya muchas y es una buena idea, cero que por eso ha tenido tantos aspirantes. ¡Casi 400! Eso es asombroso. Se confiesa "muy feliz" por llegar a una final con un nivel "muy fuerte". Tocó Prokofiev, Brahms y Listz.

La peruana Priscila Navarro, de 24 años, es la única representación femenina en la final. "Cualquiera es una buena excusa para venir a España", destaca y explica que el jurado también fue lo que más le llamó la atención. Una enfermedad estuvo a punto de fastidiarle los planes. Aquí se encontró con "un nivel sorprendentemente alto" para ser un "concurso nuevo". Ayer tocó Haydn, Granados y Rachmaninov.

La ausencia de requisitos de edad fue lo que trajo al ucraniano Vasyl Kotys, residente en Alemania. A sus 34 años, lamenta que es "demasiado mayor" y que no tiene "muchas oportunidades para participar en grandes competiciones en el mundo", ya que casi todas lo cierran a mayores de 32 años. "Hay pocas grandes competiciones como esta", subraya y resalta a su jurado: "Gente que enseña música y geniales intérpretes". Ayer trató de conquistarlos con Schubert y Ravel.

El primer premio consiste en 3.000 euros, otros 500 para la grabación de un disco, 1.000 euros para participar en el Festival de Piano de Costa Rica, cinco conciertos en España y uno en Nueva York.