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Portos demolerá la estructura de la lonja de Canido afectada por el desplome del tejado

La causa del derrumbe: la corrosión de los materiales al excederse su vida útil

El tejado de la lonja, hundido por el paso del tiempo. // José Lores

La idea propuesta por la Cofradía de Pescadores de Vigo para que la lonja de Canido sea más funcional está cada vez más cerca. Portos de Galicia demolerá la parte de la vieja instalación afectada por el hundimiento del tejado el pasado 6 de febrero. Lo confirmaron fuentes del ente dependiente de la Consellería do Mar tras recibir el informe del Colegio de Arquitectos sobre el peritaje en la estructura afectada. La causa del derrumbe parcial de la cubierta fue la corrosión de la estructura al excederse la vida útil de los materiales. Su hundimiento afectó a la zona de subastas, dejando sin uso también las oficinas y vestuarios colindantes así como una cámara frigorífica.

El departamento autonómico precisó que este riesgo de derrumbe "no fue previsto" ya que el edificio pasó en el año 2012 la Inspección Técnica de Edificios (ITE) que realiza el Concello de Vigo con un informe favorable y cuya vigencia era de diez años. Portos ahora asumirá la responsabilidad de demoler la zona afectada para evitar riesgos de un accidente similar. Estas obras solo afectarán a la parte más antigua mientras la zona restaurada en los 90 permanecerá intacta al no haber sufrido daño alguno.

Por el momento, el organismo no ha precisado qué hacer con este espacio una vez se proceda a la demolición del mismo. La cofradía aboga por aprovechar las obras que derivan del derrumbe para hacer una lonja más funcional, una reformulación del mismo. El cabildo, presidido por Iago Soto, promueve "un plan de reconstrucción coordinado con las Administraciones para dotar a la pesca local de una infraestructura moderna y duradera que ofrezca una espacio adaptado a las necesidades del trabajo en el mar".

El patrón mayor cree que la lonja ya se había quedado "desfasada" en cuanto a su configuración interior lo que provocaba una confluencia en el mismo espacio de diferentes actividades -desde el control y pesaje de diferentes mariscos como navaja y percebe hasta la subasta de la enorme variedad de especies que se pescan en la ría- para las que incluso las actuales normativas imponen su separación. "Podría abandonar el concepto de lonja clásica y acaparar nuevas actividades; promover un nuevo uso", defendía Soto tras el colapso del tejado.

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