Las reuniones se suceden estos días entre los promotores de la nave de rederos de Bouzas. Presentado como un proyecto modélico en condiciones laborales y de sostenibilidad, la parcela vallada en el muelle de Reparaciones sigue igual de llana y vacía que en verano, cuando el Consejo de Administración del Puerto otorgó la concesión a Rederos de Vigo. Aunque ahora a los accionistas de esta sociedad formada por armadores y otros empresarios del sector portuario más que evitar otro inevitable retraso en el inicio de las obras antes quieren asegurarse de la viabilidad de la iniciativa al dispararse el coste en más del doble del previsto (500.000 euros).
En el elevado presupuesto reside el origen de la demora que acumulan una instalación que se confiaba en poder inaugurar las pasadas navidades. El presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Javier Touza, quien participa en la sociedad promotora como responsable de la firma pesquera que regenta, admite que la inversión superior al millón de euros ha provocado "replanteamientos" pero ni mucho menos "insalvables" porque confía en la captación de fondos europeos que ya solicitó a través de la Xunta. Otros accionistas consultados, en cambio, ofrecen una valoración más pesimista de la situación y supeditan la realización de la nave a esa ayuda.
A finales del año pasado los accionistas ya sabían que el coste de la instalación rebasaría, y con holgura, el medio millón de euros estimado inicialmente. Fue esta la razón por la que algunos decidieron retirarse de la Sociedad Limitada, Rederos de Vigo, creada para ejecutar la obra y la posterior explotación de la nave. En paralelo a las primeras bajas entre el accionariado, también la empresa constructora encargada del proyecto comenzaba a inquietarse. "La tenemos esperando y pendiente de nosotros para empezar", confesaban promotores a este periódico en agradecimiento a la paciencia de la firma Justo Román que hace más de seis meses valló los 3.000 metros cuadrados donde luce la imagen de la recreación virtual de la instalación.
Pero entonces, al igual que ahora, los "problemas de financiación" a los que se atribuía el retraso no restaban ni un ápice el optimismo de estos empresarios. Convencidos de que se resolverían en cuestión de días, a en enero avanzaron un nuevo plazo, no ya de inicio de los trabajos, sino de inauguración del inmueble: el 1 de abril. De cumplirse este calendario los rederos hubieran permanecido un año completo trabajando bajo una carpa colocada en la calle que separa las concesiones de Justo López Valcárcel y Freiremar. Ahora todo apunta a que esta veinte de artesanos de la red continuarán en esta estructura provisional otros tantos meses más.
Donde preocupa la excesiva demora en esta obra es en la Autoridad Portuaria. Los promotores pagan puntualmente la concesión, pero el Puerto no oculta que preferiría que renunciasen a ella. Recuerda que Rederos de Vigo S.L. se hizo con la parcela muy a su pesar en referencia a que siempre defendió otros emplazamientos para esta actividad sin necesidad de que se estuvieran tan cercanos a los muelles e incluso sugirió algunos fuera del recinto portuario, como Porto do Molle, en Nigrán. "Cualquier opción sería mejor que un terreno que ahora mismo nos hace mucha falta y que sigue vallado y vacío", lamentan desde Praza da Estrela.
