Arrancaron las celebraciones de la Semana Santa y con ellas, uno de los actos más multitudinarios y sentidos de la Pascua viguesa. La Borriquilla tomó como cada Domingo de Ramos las calles de la ciudad y lo hizo arropada por cientos de palmas y olivos que portaban grandes y sobre todo, pequeños. Religiosidad y familiaridad reunidos en un acontecimiento que mantiene viva la tradición. Hasta el tiempo acompañó con agradables temperaturas y cero precipitaciones durante el recorrido por el casi urbano.

Lo cierto es que la salida de La casco se hizo esperar. Miles de fieles inundaban desde primera hora del día Porta do Sol para recibir la bendición de los ramos desde el mejor lugar posible. Estaba prevista a las doce menos cuarto de la mañana, pero no fue hasta pasada media hora cuando la imagen de Jesús a lomos de la burra accedía hasta la plaza frente a la Iglesia de María Auxiliadora entre los aplausos de las familias. El Domingo de Ramos con el que los cristianos rememoran la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén congregó este año en Vigo a más público que en anteriores ediciones, especialmente en Porta do Sol.

Santa Misa

Previo al inicio de la procesión, el obispo, Luis Quinteiro Fiuza ofició la Santa Misa en la parroquia de Don Bosco. A su conclusión comenzó la procesión por las calles Cachamuíña, Falperra, Paseo de Alfonso y Elduayen hasta Porta do Sol, donde muchas familias esperaban la llegada de la comitiva. Entre ellos se encontraba un matrimonio que acompañó como muchos otros, a sus nietos para despertar su fervor por esta procesión. "Vamos ya por los 50 años, no podemos pasar un año sin venir a ver La Borriquilla", comentaba esta abuela, quien presumía feliz de iniciar la tradición con sus hijos y continuarla ahora con sus dos nietos. "Ellos están muy contentos, llevaban días preguntando cuándo vendríamos", comenta. Pareja situación se da en la de las familias Rivera Rodríguez y Da Silva Touzo. Este nutrido grupo de amigos se reunieron frente a María Auxiliadora para seguir el recorrido de la talla acompañados como no podía ser de otra manera con los pequeños de la casa. "Para nosotros es importante venir, es una de las procesiones con mayor tradición y venimos siempre en familia", reconocían estas jóvenes parejas.

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"La Borriquita" congrega a niños, abuelos y padres en Vigo

La melodía del himno gallego interpretado por la banda de percusión marcó el inicio de la procesión, en la que también participaron diversas autoridades entre las que destacan los concejales Ángel Rivas, Ángeles Marra y Carlos López Font, así como la portavoz del grupo municipal del PP, Elena Muñoz, el delegado territorial de la Xunta en Vigo, Ignacio López-Chaves o la edil Teresa Egerique. El alcalde vigués acudió también hasta Porta do Sol donde saludó y dialogó con los vecinos antes de que irrumpiese La Borriquilla. Al frente de la misma se encontraba la Cruz Procesional portada por portada por un miembro de la Cofradía de Nuestro Señor Jesús del Silencio para seguir con los miembros de la Hermandad Peruana 'Señor de los Milagros'.

Bendición de los ramos

En poco más de cuarenta y cinco minutos, la talla llegó al kilómetro 0 de Vigo provocando un aluvión de palmas y olivos al aire, especialmente de los niños, ansiosos e inquietos para poder ver la representación de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén aclamado por la multitud. El obispo Luis Quinteiro Fiuza subió al improvisado altar y bajo la atenta mirada de los miles de fieles agradeció con especial y notorio cariño la cálida acogida que año tras año se dispensa a esta procesión. Su saludo se dirigió particularmente a los niños. Fiuza se mostró orgulloso de que la nuevas generaciones, apoyadas por sus padres o abuelos, sientan este entusiasmo y vehemencia por La Borriquilla. "Estoy feliz por vernos a todos aquí un año más, en especial a los niños. Ojalá dentro de unos años podamos decir que todos los niños de Vigo se han juntado en esta plaza", aseveró el prelado.

Al mismo tiempo, Quinteiro Fiuza procedió a la lectura de uno de los pasajes de la Biblia que narra la entrada triunfal de Jesús. Tras ello animó a la muchedumbre a alabar con cinco 'vivas' la escena. "Por ser un amigo que nunca falla, por ser el príncipe de la paz y por anunciarnos la vida", animó el obispo de la Diócesis de Tui-Vigo. Una vez concluyeron las bendiciones a los ramos de los más pequeños, la procesión siguió hasta la Iglesia de Santiago el Mayor, donde se celebró una misa.

Las celebraciones de Semana Santa se alargarán durante los próximos diez días. Hoy tendrá lugar en las Iglesias de Santiago el Mayor y en la Concatedral los Triduo a Nuestro Padre Jesús del Silencio, Virgen de la Amargura y Nuestra Señora de la Piedad. Los días grandes serán el Jueves y Viernes Santo, siempre y cuando el tiempo lo permita. Los actos concluyen el sábado 20 de abril con la Vigilia Pascual en la Concatedral.