Las hermanas vilalbesas se sienten bien en Vigo: "La ciudad tiene su encanto y nos gusta la gente. Dicen que el primer año fuera de casa es el más duro pero para nosotras fue el mejor porque conocimos a gente muy guay".

Van juntas al gimnasio y tienen gustos similares sobre ropa, música y comida. "Menos con las fresas. A mí me encantan y María las odia", revela Ana. También escriben con una letra diferente, por lo que, aunque dicen que nunca se lo han planteado, no podrían hacer cambiazos de exámenes.

Pero como buenas hermanas, siempre están dispuestas a cubrirse una a la otra. Como cuando, siendo mucho más jóvenes, Ana no quería que sus padres se enterasen de que tenía novio. "Salíamos juntas de casa y luego yo me iba por ahí a esperar", recuerda María.

Suelen regresar a Vilaba cada fin de semana, sobre todo, porque compaginan los estudios con su afición por el baile tradicional y contemporáneo dentro de la Escola Movemento de la Asociación Cultural de Andrade. De hecho, este fin de semana están compitiendo en Burgos y ayer se alzaron con uno de los premios nacionales.