Reducción del número de carriles, disminución del tráfico, limitación de velocidad a 30km/h... El elevado índice de humanizaciones en los últimos años ha contribuido a conseguir una notable reducción tanto de zonas como de personas expuestas a ruidos elevados.

Según el último plan de acción contra el ruido del año 2018 elaborado por la Universidad de Vigo, que ayer sacó el BOPPO a exposición pública, estas mejoras en los viales permitió reducir en 11 puntos la contaminación acústica, afectando a una media de 90.000 personas menos.

De los resultados de este análisis, se detectaron "situaciones conflictivas" debidos al ruido del tráfico, que sigue siendo la principal fuente de contaminación acústica. Los ejes viarios de entrada y salida de la ciudad -AP-9, VG-20, A-55 Y N-552- son los que generan mayor intensidad de tráfico diario y por lo tanto mayor impacto acústico sobre el terreno, las viviendas y sobre la población. Un caso particular que destaca el informe es el del tramo entre el kilómetro 2 y 3 de la VG-20, en el entorno del Plan Parcial de Navia. Los expertos sostienen que "de no tomarse medidas correctoras" las 4.000 personas residentes afectadas podrían "incrementarse". Otras zonas de especial dificultad son Arquitecto Palacios y Clara Campoamor, por ser la que enlaza con el hospital Cunqueiro.

Para reducir todavía más estos ratios de ruido, el Concello tiene previsto desarrollar actuaciones como restringir el tráfico pesado y la velocidad hasta los 20km/h en calles urbanas, mejorar las semaforizaciones para evitar paradas/arranques de vehículos, más paneles informativos sobre la fluidez del tráfico o monitorizar el ruido de todo el término municipal para más análisis, entre otros.