Tesón, constancia y paciencia. Seguramente cualquiera de estas virtudes es necesaria en una causa judicial como la del Odriozola que alcanzó, el pasado marzo, dos décadas de recorrido por diferentes juzgados. Tras fracasar la vía penal, fue la civil la que ha dado la razón a los afectados. Solo dos familias llegaron hasta el final. Ambas fueron representadas por el abogado vigués Vicente Viso, personado en la causa desde el principio.

El letrado muestra su satisfacción por la sentencia de la Audiencia que ratifica la dictada en diciembre de 2017 por el juzgado de Primera Instancia. "Es una resolución sólida que no se basa en conjeturas y que hace un análisis riguroso de la doctrina aplicable", afirma este abogado. Tras el siniestro, él se hizo cargo de la representación del matrimonio formado por Celso Penedo y María Penín, que vivían en el ático del Odriozola. María tiene ahora casi 90 años pero su marido, que junto a ella nunca dejó de luchar para que se hiciese justicia llegando a ponerse en huelga de hambre, falleció en 2016. Murió sin poder conocer la resolución que acabaría dándoles la razón.

Junto a la familia del ático, Viso -el único abogado que lleva en el proceso desde 1999- representó en el proceso civil a la otra familia, la de la farmacia. "Tras tanto tiempo, la sentencia hace Justicia en un caso que se dilató en el tiempo, retraso que no es imputable ni al juzgado civil ni ahora a la Audiencia, que, al contrario, se han esmerado en rapidez", valora. Ahora, señala, hay que esperar por si algún condenado recurre al Supremo.