"Las heridas se curan, pero las cicatrices no desaparecen". Esas fueron las palabras de Francisco, "Chisco", uno de los supervivientes del accidente de autobús en el río Órbigo que le costó la vida a 45 escolares y tres profesores del colegio vigués Vista Alegre, además de al conductor del autocar.

Esta tarde, con motivo del 40 aniversario del fatal accidente, se celebró un acto de recuerdo a las puertas del Concello de Vigo. Allí Chisco mostró su "más sincero amor y respeto a las familias" de las víctimas y nombro los múltiples barrios a los que golpeó la tragedia, "que la sufrieron en sus entrañas y vivieron la desesperación de las familias".

También intervino Ana María Boullosa, hermana de un profesor fallecido, en representación del Colegio Vista Alegre. Al igual que "Chisco", agradeció a Santa Cristina de la Polvorosa por "poner todos los medios" para la búsqueda "sin descanso, día y noche" de la víctimas, así como el apoyo de todo Vigo: "La ciudad se volcó para arroparnos a todos". Asimismo, reconoció la "gran lección" que dieron aquel día los profesores que perecieron salvando niños. Confesó que ver a los niños supervivientes le dio "la vida": "Me ayudaron a superar el accidente"

"El recuerdo quedó para siempre en una ciudad cercana que quiso estar al lado de sus víctimas", destacó por su parte el alcalde, Abel Caballero, antes de que descubrieran la placa en homenaje a las 49 vigueses que perdieron la vida ese 10 de abril de 1979 en las aguas del río Órbigo. También se guardó un minuto de silencio.