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Arranca el derribo del Barrio del Cura: veinte casas caerán bajo la piqueta

► Urbanismo aprueba la demolición de construcciones en 27 parcelas ► La empresa prevé iniciar las obras en una semana ► Empezarán por la calle Santa Marta para continuar las labores desde dentro del ámbito ► El presupuesto: 113.400 euros

Algunos de los edificios ruinosos del ámbito. // J. Lores

El Barrio do Cura encara los primeros compases para disfrutar de su segunda vida. En cuestión de días la Gerencia de Urbanismo dará luz verde a la licencia de derribo para una veintena larga de edificaciones ruinosas que ocupan 27 parcelas del entorno. La promotora del proyecto urbanístico, Barrio do Cura Desarrollo S.L., invertirá en total cerca de 113.400 euros en derribar construcciones ruinosas que se extienden por todo el ámbito. Según apuntan fuentes próximas a la operación, los trabajos arrancarán en una semana y podrían prolongarse entre cuatro y seis meses. A la hora de organizar los derribos, la promotora intentará afectar lo menos posible el tráfico del entorno.

Con ese fin las demoliciones arrancarán del lado de la calle Santa Marta -la que conecta Llorente con Torrecedeira y Beiramar-, donde los operarios abrirán un punto para que los camiones puedan acceder y salir de la parcela. El objetivo de la promotora es realizar desde dentro todas las operaciones que sean posible. La firma contempla en cualquier caso intervenciones puntuales en Pi y Margas, Llorente o la propia Santa Marta.

Para que el impacto sobre el tránsito de vehículos sea el menor posible, la empresa prevé dejar para el verano el derribo de la estructura de mayor tamaño. Los trabajos se concentrarán durante los meses en que la escuela infantil de Santa Marta permanece de vacaciones, por lo que no se afectará al tráfico que genera. La promotora también plantea que parte de las labores se acometan en jornadas festivas o fines de semana para molestar lo menos posible a la guardería.

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La licencia de derribo que recibirá el visto bueno de Urbanismo esta semana afecta a un ámbito de 27 parcelas sobre el que se levantan cerca de 25 edificaciones que están en un estado ruinoso o son simples estructuras. El permiso se suma al que hace varios meses -a finales de enero- recibió Barrio do Cura Desarrollo S.L. para derribar el antiguo asilo que da a la calle Pi y Margall, que abarca una superficie de 7.945 metros cuadrados (m2). En ese caso la compañía tendrá que preservar la fachada delantera de la iglesia. El frontal se desmontará sillar a sillar para trasladar las piezas más tarde a una finca de Pazos de Borbén, propiedad de una de las empresas que participan en las labores de demolición. El objetivo es preservar la fachada, obra del arquitecto madrileño Manuel Felipe Quintana, el mismo que ideó la iglesia de Santiago de Vigo o la casa de Estanislao Durán, situada en pleno corazón de Príncipe.

La conservación de la fachada del asilo en el lugar que ocupa en la actualidad fue ya uno de los requisitos que se planteó a la anterior promotora que quiso desarrollar el ámbito de Barrio do Cura, una sociedad liderada por el exfutbolista del Real Club Celta Valery Karpin. El requisito lo planteó la Dirección Xeral de Patrimonio.

La promotora deberá depositar de hecho un aval de 155.500 euros como garantía de que repondrá la fachada ideada hace ya más de un siglo por Felipe Quintana, cantidad a la que se añaden otros 10.000 euros con los que responde a los gastos de reposición de los servicios urbanísticos que puedan resultar afectados durante las obras.

En el expediente que pasará esta semana por la Gerencia de Urbanismo se recogen también algunos apuntes de un informe reciente que evalúa el estado del inmueble. En el estudio -firmado por un ingeniero técnico industrial- se advierte del "alto grado de deterioro" que sufre el edificio, sin actividad desde hace ya dos décadas.

El análisis concluye con una nota sobre la urgencia de dar una solución al antiguo asilo: "Existe un riesgo inminente de colapso de, al menos, los dos últimos forjados de la obra con consecuencias imprevistas para el resto de los forjados, los cuales también han visto disminuida la capacidad portante de sus elementos metálicos corroídos hasta tal punto en algunas zonas que los hace totalmente irrecuperables". El presupuesto del derribo es ligeramente inferior a 90.800 euros. Aunque la empresa dispone de licencia desde hace varios meses, los trabajos no se iniciaron aún para minimizar su efecto sobre el tráfico y las viviendas de la zona.

El antiguo asilo y la veintena de edificaciones que se comenzarán a demoler en breve marcarán el inicio de los trabajos para dar forma al nuevo Barrio do Cura. Quedan para una fase posterior otras actuaciones, como las que se centrarán en las viviendas de pescadores que también deberán preservarse.

En noviembre de 2018 la sociedad promotora ya presentó un informe al Concello en el que identificaba una treintena de edificaciones que se habían deteriorado con el paso de los años: dos residencias, media docena de bloques de viviendas y 24 construcciones unifamiliares, así como una estructura de hormigón armado. En conjunto, la superficie construida que deberá pasar por la piqueta se situaba entonces en cerca de 20.390 m2. El volumen total ascendía a 67.365.

El proyecto de Barrio do Cura es estratégico para el urbanismo vigués al permitir la rehabilitación de un ámbito de 23.600 m2 situado en pleno corazón de la ciudad. En 2004 la sociedad de Karpin ya había presentado una ambiciosa propuesta que contemplaba una inversión cercana a los 130 millones de euros. En 2014 se divulgaba un plan que preveía actuar sobre una superficie de 23.500 m2 y que incluía un área comercial, una amplia plaza pública, viviendas, aparcamiento y equipamiento público, como una guardería y centro sociocultural. La promotora barajaba la construcción de entre 350 y 400 pisos en bloques de cuatro y siete plantas. Entonces la iniciativa incorporaba a mayores una extensa plaza pública de unos 5.000 m2.

El año pasado trascendía que el fondo Autonomy Global Opportunities había asumido las obligaciones de la sociedad de Karpin y la deuda con los bancos acreedores. De la mano de la promotora Gestilar, sus planes -se apuntó entonces- pasan por retomar la esencia del proyecto de cuatro años antes.

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