Visto para sentencia. El Juzgado de lo Penal 2 de Vigo concluyó ayer el juicio contra cuatro acusados por el plagio de un programa informático de gestión de flotas de taxis, tras varios días de sesiones. La versión de los acusados, que se declararon inocentes y negaron haber copiado el software, así como las pruebas e informes técnicos aportados por sus defensas, no convencieron a la Fiscalía ni a la acusación particular -que ejercita la empresa denunciante- que mantuvieron la penas solicitadas inicialmente.

Así, reclaman para cada uno de los procesados condenas de entre 2 y 3 años de cárcel por un delito de revelación de secreto de empresa en provecho propio. Además de una multa de 28.000 euros para la empresa acusada, la Fiscalía incluyó 290.000 euros como responsabilidad civil de la firma por el perjuicio causado por lucro cesante a la denunciante. Una cantidad que, por un error técnico, no se incluyó en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, como si hizo la empresa denunciante que valoró el perjuicio total causado en más de 450.000 euros.

El fiscal y la acusación particular, representada por los abogados José Fernández Iglesias y Carlos Reverter del bufete Garrigues Abogados de Vigo, sostienen que el director de la firma denunciada -que había trabajado previamente en la firma donde supuestamente se copió el software- y su mujer "prepararon la creación de otra empresa", a la que después se unieron otros ingenieros programadores de la firma inicial, que basó su actividad en el programa supuestamente clonado que comercializaron a varias asociaciones de taxistas de varios puntos de España.

Los acusados negaron el plagio, sostuvieron que se trataba de dos tecnologías distintas con muchos cambios, a la vez que incidieron en que era "imposible" que fuese copia literal. "Si fuera copiado el programa funcionaría bien desde el principio y no sería desastroso y con problemas como ocurrió al inicio", manifestó uno de los acusados.

Frente a los argumentos de la defensa, la acusación sostiene que el director de la nueva firma -que no es programador- ofreció y comercializó el software apenas veinte días después de dejar su trabajo en la empresa denunciante y antes de que se incorporaran los dos programadores. Un argumento que confirmó el responsable de una organización de taxistas de Madrid a quien quisieron vender el programa.

Los informes de los peritos resultan fundamentales en este caso, de gran contenido técnico. El perito judicial apuntó que se trataba de un programa copiado, pues está formado por cientos de miles de líneas de códigos coincidentes. Ahora será la magistrada del Juzgado de lo Penal 2 quien dicte sentencia.