La arquitectura viguesa está a punto de recuperar una de sus joyas neogóticas: el soberbio caserón proyecto en 1904 por Michel Pacewicz por encargo del Círculo Católico de Obreros para la confluencia de las calles López de Neira y Doctor Cadaval, una impresionante construcción que ha encadenado varias "vidas" desde inicios del siglo XX -además de acoger las actividades del Círculo Católico fue residencia del gobernador tras la Guerra Civil y su bajo albergó un comercio- y que pese a su valor patrimonial e histórico acumula ya varios años deteriorándose. La sociedad que acaba de comprar el inmueble, Dorio Y-3, una firma con sede en Vigo, plantea devolver al caserón la apariencia con la que lo ideó Pacewicz hace ya más de un siglo. El edificio volverá a lucir con su estética neogótica, libre, por ejemplo, del espacio que se añadió a la parte baja de su fachada.
El estudio que se encargará de la rehabilitación, EAU Arquitectura, trabaja ya en el proyecto, pero avanza que su intención es devolver al caserón el estilo con el que el arquitecto francopolaco lo ideó a principios del siglo XX. "Queremos retomar el proyecto original. No solo recuperar la fachada; también el interior", anota Juan Iglesias, del estudio de arquitectura, quien avanza que la reforma buscará restituir a las salas del inmueble su espíritu genuino. EAU dispone ya de infografías que muestran cómo al menos el exterior del edificio recupera la estética que luce en fotografías antiguas, como las que se conservan en el Archivo Pacheco.
Aunque Dorio Y-3 trabaja aún en el proyecto, la propuesta que el estudio de arquitectura tiene sobre la mesa contempla destinar el bajo y la primera planta a fines comerciales, ubicar dos viviendas en la segunda planta y reservar el ático para un tercer apartamento. La altura del inmueble será la misma que la proyectada hace ya más de un siglo por Pacewicz. Según apuntan los anteriores propietarios del caserón -la venta a Dorio Y-3 se cerró hace ya varios meses, en verano- la superficie del edificio ronda los 1.200 metros cuadrados.
En 2012 los antiguos dueños del edificio avanzaban ya su deseo de vender el inmueble antes de que se degradase más. Su recuperación casi coincide con el centenario del fallecimiento de Pacewicz, quien a pesar de sus orígenes francopolacos trabajó gran parte de su vida en Vigo, ciudad donde murió en 1921. Su trabajo aparece sintetizado en el ensayo Pacewicz, arquitecto vigués, obra del historiador Martín Curty, agotado hace mas de veinte años.
