La fascinante fauna submarina que habita en los fondos de la Ría de Vigo puede anotar en su capítulo de anécdotas un nuevo episodio. El protagonista: un pulpo con alma de estrella de cine que, al contrario de lo que podría pensar el más común de los mortales, no se esconde detrás de su tinta para escapar de los focos.

El biólogo Manuel E. Garci, uno de los responsables del histórico hallazgo del 'Alien de la Ría de Vigo', bucea estos días en las cercanías de la Isla de Toralla para probar el equipo con el que quiere lograr su nueva hazaña: grabar la cópula de los caballitos de mar de las Islas Cíes en su entorno natural. En el transcurso de las pruebas sucedió todo.

Buceando en los fondos de Toralla y mientras graba el fondo marino cubierto de sebas, algas marinas, Manuel E. Garci se encuentra con el curioso amigo y protagonista de la historia. Lejos de soltar un chorro de tinta y huir de su presa, el cefalópodo juega con la cámara y acompaña al biólogo vigués durante un buen tramo, nadando elegantemente ante el objetivo.

Es en ese viaje cuando, sin previo aviso, el molusco decide pasar a la acción y, literalmente, pegarse al objetivo de la cámara. "Este pulpiño lo de chupar cámara lo entendió en sentido literal", escribía el biólogo vigués junto a la foto que publicaba horas después en su perfil de Facebook. Y es que las imágenes hablan por sí solas.

En el vídeo se puede ver como el pulpo se aferra con sus ocho patas al trípode de la cámara submarina de Manuel E. Garci y no se despega hasta casi cuatro minutos después. Tranquilo, como si a su alrededor no estuviese pasando nada, se deja incluso tocar y acariciar de la misma forma que una mascota busca el cariño de su dueño.

Además de la "docilidad" del pulpo, en el vídeo se puede ver como el cefalópodo activa el sistema de camuflaje que le permite ocultarse de sus enemigos en el fondo del mar. Así, del color lila con el que se se suele identificar al animal se pasa a un color marrón salpicado de manchas negras que recuerdan a las de un guepardo.

Precisamente, este método que usan los pulpos para escapar de los predadores es el que captó hace dos años un grupo de buceadores de Vigo en las Rías Baixas , sin saber todavía que en las mismas aguas estaba a punto de surgir una estrella submarina.