A velocidad de crucero. El proyecto inmobiliario para Cordelerías Mar acaba de obtener la licencia de derribo del inmueble situado en Jacinto Benavente y prevé iniciar las obras la próxima semana. La nave, propiedad del grupo Inveravante, en manos del millonario Manuel Jove, será otro puntal en la recuperación de la fachada marítima y la primera gran actuación inmobiliaria privada del entorno.

La compañía tiene previsto desarrollar en este suelo -que tiene una superficie construida de 31.700 m2- un edificio de 155 viviendas en altura (planta baja + 10) de 2, 3 y 4 dormitorios. El desarrollo tendrá además piscina.

Como parte de la superficie que abarca el complejo se encuentra en una zona con cautela arqueológica, el convenio con el Concello contempla que -a modo de paso previo a la redacción del proyecto de urbanización- la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural defina las actuaciones que deben seguirse. El acuerdo contempla también que Avantespacia ceda de forma gratuita al Concello de Vigo los terrenos destinados a espacios públicos y zonas verdes y tramite el proyecto de obras de la urbanización, en la que se incluirán una senda pavimentada entre zonas ajardinadas y un área infantil de juegos.

El nuevo edificio tendrá 10 alturas más bajo y 155 viviendas. // R. Grobas

Se trata del segundo proyecto de Avantespacia en marcha en la ciudad, tras la adquisición al BBVA de un edificio y suelo en la calle Marqués de Valladares, con fachada a la calle Colón. Suman una superficie de 9.500 m2, que se destinarán a la construcción de 39 viviendas en altura de 2, 3 y 4 dormitorios, plazas de garaje y locales comerciales. El proyecto se encuentra en la última fase de los trabajos arqueológicos.

Proyecto de Bouza Alta

Inveravante no es la primera firma que centra su atención en la nave de Cordelerías Mar. En octubre de 2010 la promotora Bouza Alta solicitó licencia de obras para impulsar un complejo de viviendas, garajes y bajos comerciales. Tras superar varios trámites en la Gerencia de Urbanismo, organismo que exigía algunas modificaciones, el diseño definitivo recibió luz verde a principios de 2012. El proyecto contemplaba la ejecución de 158 viviendas y 274 aparcamientos.

Años más tarde, en 2015, la promotora reajustaba su propuesta para adaptarla a la demanda del mercado. Su solución fue construir domicilios de menor tamaño, de entre 70 y 110 metros cuadrados, para poder comercializarlos a precios más competitivos. Al reducir la superficie de los apartamentos se aumentó su número: de los 158 apuntados en un inicio se pasó a 177. La inversión que preveía la promotora rondaba los 55 millones.

Solo unos meses después de presentar los cambios de su proyecto, trascendía que Bouza Alta renunciaba a la actuación. La obra ni siquiera llegó a arrancar. De momento no ha trascendido si Avantespacia espera mantener la previsión de viviendas de Bouza Alta.