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El tren come terreno a la AP-9 entre Vigo y Santiago con un crecimiento record de viajeros

Entre 2016 y 2017 el número de pasajeros entre ambas urbes creció cerca de un 10%, uno de los mayores aumentos de los servicios de media distancia - Movió 328.400 pasajeros

El tren come terreno a la AP-9 entre Vigo y Santiago con un crecimiento record de viajeros

Las distancias entre el sur y norte de Galicia no son las mismas desde abril de 2015. El estreno del modernizado Eje Atlántico ferroviario el 18 de abril de ese mes dio un vuelco al transporte público que vertebra la comunidad. Si antes Renfe empleaba hora y media en cubrir trayectos entre Vigo y Santiago, las mejoras en la infraestructura le permitieron operar a partir de entonces trenes que recorrían la misma distancia en apenas 50 minutos, lo mismo que tarda un coche por la autopista AP-9. El efecto inmediato de esa modernización fue un repunte de la demanda de pasajeros. En apenas un año -de 2014 a 2015- el volumen de usuarios de la línea Vigo-Santiago se disparó casi un 26%: de los 224.600 viajeros que contabilizó en 2014 pasó el año siguiente a más de 282.300.

Lejos de enfriarse, la tendencia se ha consolidado con el tiempo. Entre 2015 y 2016 se mantuvo un alza del 9,6% y entre ese mismo ejercicio y el siguiente -los últimos datos publicados por Fomento- se afianzó con un crecimiento del 9,7%. En menos de un lustro el repunte alcanzó así casi el 50%.

El "boom" de demanda en el Eje Atlántico no se explica solo por el recorte de tiempos que se logró con la modernización de la línea en 2015. Buena parte de su éxito se debe a que la alternativa por carretera es cada vez más cara y menos competitiva. Aunque en coche se tardan alrededor de 60 minutos en viajar de Vigo a Compostela, lo mismo que se demoran los trenes más rápidos y modernos de Renfe, la diferencia de precios favorece claramente al ferrocarril. Un viaje de ida y vuelta en los trenes más rápidos del Eje Atlántico cuesta 18,4 euros con la bonificación por comprar ambos billetes a la vez. Los convoyes que circulan a menos velocidad cuestan -aplicando el mismo descuento- 15,30 euros.

En ambos casos los precios están muy por debajo del coste de coger el coche y conducir por la AP-9 entre Vigo y Santiago. Solo en peajes el conductor paga 9,65 euros en peaje, cantidad a la que se suman alrededor de ocho euros en combustible. La minuta total de cada viaje asciende así a 17,56 euros, casi lo mismo que un billete de ida y vuelta bonificado con Renfe.

La tendencia de la AP-9 también ha sido contraria a la del Eje Atlántico. Aunque la autopista ha mejorado sus infraestructuras en los últimos años con la ampliación de Rande o los viales del entorno de Santiago, sus tarifas no han parado de encarecerse. Solo en los últimos meses de 2018 Audasa aplicó varias subidas que sumaron un 5,5%, ascenso que coincidió además con un repunte del combustible.

Otra de las ventajas de Renfe es su diversidad de horarios. El primer convoy parte de Vigo rumbo Santiago a las 05.13 horas, lo que permite a sus pasajeros estar en la urbe compostelana a primera hora de la mañana. El último tren de vuelta sale rumbo a la estación de Urzáiz a las 21.32 h. En sentido inverso, el primer tren que parte de Santiago con destino Vigo deja los andenes de la capital gallega a las 06.17 h y el último lo hace a primera hora de la noche, a las 22.00 h.

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