Vigo se aleja hoy un poco más de Barcelona. Cuando pasen diez minutos de las cinco de la tarde Peinador dirá adiós a Ryanair en esta conexión tras más de tres años consecutivos de operaciones diarias. A partir de mañana se convertirá además en uno de los aeropuertos de España peor comunicados con la Ciudad Condal. La marcha de la low cost irlandesa deja a la ciudad con 378 plazas diarias menos (ida y vuelta). Vueling vuelve a quedarse en monopolio en esta ruta con solo entre uno y dos aviones al día en cada sentido. Es su operativa más reducida en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal, lo que obligará de nuevo a miles de personas de Vigo y su área de influencia a tener que volar desde y hacia Barcelona a través de Sá Carneiro o Lavacolla.

La fuga de Ryanair de Peinador se produce tras el desencuentro con el Concello hace más de un mes. Según denunció el alcalde, Abel Caballero, la aerolínea, con la que había un principio de acuerdo y tenía ya a la venta para 2019 los vuelos a Barcelona, Dublín y Londres, llegó a pedir un apoyo económico para continuar en Vigo tres veces mayor que el firmado en el primer convenio por tres años (2016-2018). Caballero se negó. "Quisieron echarnos un pulso porque vieron que había elecciones, y lo perdieron", remarcó en las últimas semanas. De hecho, las pretensiones económicas de Ryanair bajaron.

Pero de inmediato surgió un nuevo problema. El Concello, como hace con todos los contratos aéreos para cumplir de forma escrupulosa con la legalidad, le advirtió a la compañía que el convenio debía salir a concurso público. Se trata de una exigencia legal por tratarse de fondos públicos que, curiosamente, no cumple prácticamente ninguna Administración que mantiene contratos con Ryanair u otras aerolíneas. Los responsables de la low cost, al igual que en 2016, lo aceptaron, pero según denunció luego Caballero, pusieron como condición que en el contrato no figurara Vigo como ciudad de origen y destino de sus vuelos. Aunque oficialmente nunca se explicó el motivo de esta petición, probablemente Ryanair buscaba evitar posibles problemas legales a nivel europeo por recibir dinero público por la operación de vuelos concretos. Pero el Gobierno local se negó a este planteamiento arguyendo que si Peinador y los destinos no aparecían en el contrato, la aerolínea podría llegar a no volar en Vigo mientras se le concedían fondos municipales para hacer promoción turística. Fue la gota que colmó el vaso y la cuerda de la negociación se rompió. Hoy cesa Barcelona y el 7 de mayo abandonará definitivamente Vigo tras operar un mes a Londres y Dublín, enlaces que arrancan el próximo martes con dos frecuencias cada semana.

Los aviones, para Lavacolla

Tras anunciar su marcha de Vigo, Ryanair optó por echar más leña al fuego al polémico conflicto aeroportuario en Galicia y anunció públicamente que trasladaba sus vuelos de Vigo a Lavacolla y Sá Carneiro, los dos aeropuertos que compiten con la terminal olívica. Y así fue. De hecho, en Santiago Ryanair había cancelado la ruta a la Ciudad Condal a partir de mañana día 1 de abril. Ahora, gracias a los aviones que retira de Peinador, continuará volando de martes a domingos.

Como de costumbre desde que Ryanair inició operaciones en Vigo, su último vuelo hacia Barcelona de hoy partirá lleno. Su balance en Peinador deja cifras de récord, de ahí el batacazo que supone su marcha para el aeropuerto y, particularmente, para los miles de vigueses que viven y trabajan en la Ciudad Condal. En los tres años y tres meses de operativa la low cost irlandesa ha movido más de 405.000 pasajeros solo en esta conexión. De hecho, en 2017, y gracias a su operativa, el vuelo Vigo-Barcelona igualó su mejor dato histórico: 281.000 viajeros. Si se le suman los pasajeros de sus cuatro rutas internacionales, la etapa de Ryanair en Vigo se cerrará con más de 610.000 pasajeros en tres años.