El desarrollo de la nueva estación de autobuses de Vigo integrada en la futura terminal del AVE de Urzáiz se topa con un primer problema. Según advirtió ayer el alcalde, Abel Caballero, la Xunta, encargada de su desarrollo, no ha tenido en cuenta los accesos peatonales a la estación de autocares, ni desde el exterior, ni tampoco a través del interior del futuro Centro Vialia diseñado por el arquitecto norteamericano Thom Mayne y que garantizaría la intermodalidad entre el tren y el bus. "El proyecto que presentaron el 25 de febrero me encantaba. Me pareció espléndido. Pero luego hubo varias reuniones técnicas y se les planteó que había una dificultad: el acceso peatonal no existía en el proyecto. No es posible entrar, ni siquiera desde el Centro Vialia", advirtió ayer el regidor olívico.

Caballero aseguró que tras remitir este problema a la Xunta para que los técnicos resolvieran esta carencia, el Gobierno autonómico envió al Concello un nuevo proyecto. "Ante eso presentaron un cambio radical en la estación de autobuses con marquesinas distintas, espacios distintos... Cuando nosotros les dijimos que el proyecto inicial nos gustaba y que solo tenían que resolver esa dificultad técnica", explicó.

Según el alcalde, el nuevo planteamiento que hacía la Xunta ampliaba el espacio que ocupaba inicialmente la terminal de buses, lo que hacía que se prolongara más por la fachada del Centro Vialia, llegando a interferir incluso en el proyecto de Thom Mayne. "No se pueden poner las cubiertas de una estación de autobuses delante de la obra de Mayne", advirtió el alcalde. "Tapaba incluso la gran caja de luz que tendrá la estación", agregó.

Según fuentes municipales, aunque el proyecto que ya está en fase de licitación por 15 millones de euros sí contempla los accesos peatonales entre la zona de taquillas y sala de espera (en la planta -1) con las dársenas de autobuses (en la planta 0), no figuraba ninguna conexión para llegar a cualquiera de estas dos zonas. Ni desde el exterior, ni tampoco desde el interior de la futura estación de tren, lo que garantizaría la intermodalidad para la que se han diseñado conjuntamente la terminal de trenes y buses.

Caballero brindó "toda la cooperación" del Concello para solventar este problema. Incluso -dijo- poniendo más fondos si fuera necesario. En cualquier caso, advirtió a la Xunta de que la estación de autobuses debe cumplir tres condicionantes: que la modificación que planteen sea compatible con el proyecto de Thom Mayne, que sea legal y que no retrase la entrada en funcionamiento del centro comercial y de todo el ámbito. "Cumpliendo estas tres cuestiones somos absolutamente receptivos. Lo digo desde la cooperación absoluta, porque estoy encantado con el proyecto", aseguró Caballero.

A priori, y según avanzó el director de la Axencia Galega de Infraestructuras, Francisco Menéndez, esta misma semana en una entrevista radiofónica, la Xunta ya habría decidido no llevar a cabo el proyecto modificado presentado al Concello y mantener el inicial. Esta decisión se tomó en la reunión mantenida el miércoles entre Xunta, Adif, Concello de Vigo e Immochan. Ahora, por tanto, solo faltaría que la Xunta resolviera el problema de accesos peatonales que le reclama el alcalde.