"Un cambio de tendencia y un ejemplo a seguir para toda la Universidad". La Escuela de Industriales honró ayer a su patrón alabando el trabajo desarrollado desde la delegación de estudiantes para organizar un programa de actividades durante tres días y alejado de los macrobotellones. "Tenemos que sentirnos orgullosos de nuestros alumnos. Han demostrado que es posible armonizar la diversión y la vida universitaria de forma ejemplar", destacó el director del centro, Juan Pardo, durante su intervención.

El acto oficial, celebrado en la sede de Torrecedeira, tuvo este año una mayor presencia estudiantil y, además de entregar el premio al ganador del torneo de ajedrez, José Ramón González Pérez, se desveló el diseño vencedor de un nuevo emblema para la escuela. Dos de las nuevas actividades organizadas desde la delegación. El escudo es obra de Roberto Lopardo Domínguez y se basa en las figuras matemáticas de Lissajous.

Los estudiantes incluso organizaron una pequeña sorpresa para clausurar las celebraciones del patrón, un concierto a cargo de Le BarLuthier, un original piano bar itinerante.

La I Revolución Industrial, como los estudiantes han rebautizado al nuevo San Pepe, también ha logrado dejar atrás los macrobotellones sin control. Desde la delegación defienden que su objetivo no es lograr su prohibición, sino "volver a atraer a los universitarios a una fiesta organizada en la propia escuela para todos y con medidas de seguridad".

"No vamos en contra de lo que hace la gente, sino que tratamos de explicarles que el botellón de Miralles, que no lo organizamos los alumnos, carece de medidas de seguridad y de control. Y también queremos concienciarles de que se puede hacer de otra manera, recogiendo la basura después y siendo respetuoso", destacaban ayer Raquel González y Adrián Balado.

Además de reconocer este trabajo de los estudiantes, el director de la escuela agradeció el "compromiso" de los trabajadores del centro para adaptarse a los "cambios constantes" y lograr que el mayor centro universitario de Galicia, con más de 4.000 alumnos, "pueda estar a la vanguardia como nos pide la sociedad".

Recordó asimismo que el máster en Ingeniería Industrial es uno de los pocos títulos españoles con el prestigioso sello internacional ABET y que el próximo curso se estrenarán dos dobles grados que combinan Ingeniería Biomédica con Mecánica y Electrónica, respectivamente.

El exalumno Santiago Domínguez Rubira, responsable de Producción Hidráulica de Endesa España, ofreció una charla inaugural sobre los retos de la ingeniería en el análisis de las vibraciones de las turbina eólicas, un servicio que todavía ninguna empresa ha sido capaz de brindar.

Y como es tradicional la escuela entregó premios a los profesores mejor valorados por sus alumnos -Ignacio Bajo, Joaquín Baltasar, José Ramón Fernández, Eugenio Fuentes y José Antonio Pérez-, a los grupos más productivos y a los jóvenes investigadores prometedores -Natalia Cid y Ana Ogando-.

También recogieron su correspondiente distinción los profesores y trabajadores de administración y servicios con mayor antigüedad. "Es un privilegio pertenecer a esta escuela y tener este noble trabajo", agradeció la docente Elena González en nombre de sus colegas.