Botellas de alcohol, latas, vasos y bolsas de plástico son solo algunos de los restos del botellón que esta mañana se han encontrado las personas y familias que, en un día festivo como el de hoy en Vigo, decidieron disfrutar de una jornada de sol y buen tiempo al aire libre en el parque forestal de Beade, muy cerca de la universidad.

Los bancos y las mesas del merendero, el parque infantil y buena parte del recinto han quedado inutilizados bajo un manto de basura después de que el miércoles centenares de jóvenes acudiesen al campus de Lagoas Marcosende para celebrar San Pepe 2019 pertrechados con el kit básico del botellón a pesar de que el Rectorado estrenaba este año la política con la que ha conseguido erradicar de Miralles una actividad que en otras partes de la ciudad causa problemas entre los vecinos.

La Junta Rectora de la Mancomunidad de Montes de Vigo se ha reunido hoy de urgencia y, a través de un comunicado ha solicitado una reunión con Manuel Reigosa, rector de la Universidad de Vigo. "Nun só día bótase por terra o traballo que dende as Comunidades de Montes de Vigo en colaboración co Concello de Vigo veñen facendo para que os espazos que brindan á cidadanía de xeito gratuíto e para un uso público, acaben sendo desprezados e literalmente un vertedoiro descontrolado", indican.

Esta tarde, un grupo de voluntarios se afanaban en la recogida de las toneladas de basura que debajab el macrobotellón univeristario. "Hubo bastante revuelo en las redes, en parte un poco por mi culpa, porque decían que eran unos cerdos. Se hizo un poco viral y entonces, ahora, la gente debe tener recargo de conciencia", explicaba uno de los jóvenes antes de rematar, tajante, que "lo mismo que la traen, se la pueden llevar".

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El botellón convierte en estercolero el parque forestal de Beade

Restos de basura en el parque forestal de Beade // Marta G. Brea

San Pepe 2019, sin botellón en el campus

La plaza Miralles ofrecía ayer una imagen insólita desde hace más de una década. El año pasado, miles de jóvenes abarrotaron la zona en otra jornada también soleada para celebrar San Pepe, la fiesta de los ingenieros industriales. Pero ayer por la tarde permanecía vacía.

La política antibotellón del Rectorado, que ayer acordonó la plaza por motivos de limpieza, y el esfuerzo de la delegación de alumnos para organizar un programa alternativo en la propia escuela han logrado lo que parecía imposible, pues esta fiesta, junto con San Teleco, están marcadas desde hace años en la agenda de los universitarios de toda Galicia.

Además de acotar Miralles, personal de seguridad vigilaba ayer el campus, además de solicitar el carné de universitario a algunos jóvenes. Y ante esta situación, muchos de ellos acabaron por desplazarse a zonas próximas de monte comunal.

Tras las celebraciones patronales de 2007, que se saldaron con varios comas etílicos, entre ellos, los de algunos menores, la Universidad prohibió a los alumnos organizar fiestas en Miralles, dado que sus dimensiones las hicieron incontrolables. Aun así, los universitarios se siguieron concentrando de forma espontánea en la plaza. Pero esta práctica parece haber llegado a su fin.