Seis meses de prisión y multa de 1.080 euros por un delito de incendio forestal por imprudencia grave. Es la pena impuesta por el Juzgado Penal 1 de Vigo a un vecino de Baiona por causar un fuego a raíz de una quema de restos de poda que quedó mal apagada. El hombre también debe indemnizar con 1.450 euros a la Xunta por los gastos de extinción.

La jueza relata que en marzo de 2017 el condenado hizo la quema, realizando con ayuda de un familiar dos montones en una zona con pendiente, cerca de árboles y llena de maleza seca sin adoptar precauciones. Tras irse sin "asegurarse" de que el fuego se había apagado, se declaró un incendio que quemó 2.800 metros cuadrados de monte arbolado.