Pocas calles de Vigo soportan cada día tantos vehículos como el túnel de Beiramar: 40.000 en ambos sentidos. Solo Gran Vía o la avenida de Castrelos -entre Arquitecto Palacios y Portanet- alcanzan una magnitud similar. Es el mayor subterráneo de la ciudad y una de las principales arterias cuya inexistencia no se concebiría a día de hoy, ya que colapsaría la circulación urbana. Ahora debe ser reformado, lo que provocará su "desaparición" durante dos meses. O al menos, de forma parcial, ya que tendrán que realizarse cortes que pondrán a prueba la paciencia de los conductores. Éste es el tiempo que el Concello prevé que se alargarán las obras de asfaltado de todo el subterráneo que se licitaron ayer por 365.000 euros.

El plan de tráfico definitivo no se conocerá con exactitud hasta que se adjudique el contrato. El plazo para la presentación de ofertas vence el 17 de abril y el inicio de los trabajos está previsto para el día 30 de ese mes. Según el plan de obra incluido en el proyecto, a partir de la cuarta semana y durante un mes, tendrán que desarrollarse labores exclusivas de pavimentación, con lo que de arrancar los trabajos en la fecha prevista, los mayores problemas de tráfico se producirán en junio. El citado plan reserva las tres primeras semanas de mayo para actuaciones previas, con lo que probablemente en abril también tendrán que realizarse ya cortes en el subterráneo.

Según las indicaciones que se contemplan en el proyecto, los técnicos del departamento municipal de tráfico optarán por cortar primero un sentido de circulación, realizar los trabajos y, una vez culminados, reabrirlo y comenzar con los carriles opuestos. "Dadas las condiciones de trabajo y la magnitud de los mismos, es necesario cortar el tráfico de forma alternativa en cada sentido de circulación", se advierte en el citado documento.

Además, en otro apartado del contrato sobre aspectos a tener en cuenta, se advierte que "la totalidad o parte de las obras, por motivos de tráfico y seguridad vial, y a instancia de la dirección facultativa de la obra, podrán ser ejecutadas en horario nocturno a causa de la alta intensidad de tráfico que soporta el túnel". Por ello, probablemente los trabajos se acelerarán de madrugada para tratar de minimizar los problemas de circulación.

Ésta será una de las mayores reformas que se acometan en el túnel de Beiramar desde su apertura en 1996 (su prolongación se abrió en 2004). En los últimos años se llevaron a cabo trabajos de mejora en la señalización para reforzar la seguridad de los 20.000 conductores que lo atraviesan a diario en cada sentido, pero sin actuar sobre el asfalto. Según se recoge en el proyecto, la capa de rodadura presenta un deterioro "considerable" y es mayor en los carriles exteriores por la incidencia de los vehículos pesados. La actuación abarca una superficie próxima a los 23.000 metros cuadrados.

Deficiencias

Las deficiencias que se han detectado son pavimento deslizante por pulimento o falta de macrotextura, deformaciones longitudinales y transversarles y fisuras y descamados. Entre las actuaciones contempladas, además del fresado de la capa de rodadura y la reposición de la misma, se contemplan también la mejora de las red de drenaje del túnel y la reposición de las espiras con las que el departamento de municipal de Tráfico mide la intensidad de vehículos que lo atraviesan a diario.

Pero el túnel de Beiramar no es la única arteria de Vigo que se cerrará para asfaltar. En las próximas semanas, y como adelantó este periódico, las máquinas también entrarán en la avenida de Castelao (750.468 euros); Arquitecto Palacios (703.637 euros); Areal (320.000 euros) y Urzáiz, entre Colón y Gran Vía (150.000 euros). En todos estos casos los trabajos están previsto que arranquen entre abril y mayo.