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Una joya industrial única a preservar

El edificio principal de La Panificadora, el que da a la calle Falperra, los silos y el almacén gozan de una protección especial

Una joya industrial única a preservar

Su silueta alzándose a los pies de O Castro, con sus silos espigados, es una de las primeras estampas de Vigo que reciben los miles de turistas que cada año se adentran en la ría a bordo de transatlánticos. A pesar de que desde hace años acumula polvo, suciedad, pintadas y óxido, el edificio de La Panificadora es uno de los más característicos del skyline de la ciudad. También de su patrimonio arquitectónico industrial, en el que destacan grandes iconos como La Artística, las naves de Bernardo Alfageme o La Metalúrgica, que desde hace meses está inmersa en un proceso de reformas de calado para reconvertirse en la nueva sede de la Tesorería de la Seguridad Social. Tras años sumida en el abandono, La Panificadora -obra del arquitecto Gómez Román- afronta los últimos compases para su recuperación. El jueves la Gerencia de Urbanismo dio luz verde a la aprobación provisional de la modificación puntual del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Casco Vello, un trámite necesario para desbloquear el proyecto y brindarle una segunda vida.

El "renacimiento" de La Panificadora, que pasará a albergar una gran biblioteca, una zona reservada para ensayos de teatro, danza y actuaciones musicales, un gimnasio, un espacio de coworking, oficinas y el instituto de innovación gastronómica, entre otros servicios, mantendrá sin embargo un estrecho vínculo con su pasado industrial. La modificación puntual del Pepri del Casco Vello contempla una serie de "elementos protegidos" que deberán preservarse por su valor patrimonial: los característicos silos, el edificio principal de la factoría, el almacén y el inmueble que da a la calle Falperra.

El edificio principal fue proyectado por Manuel Gómez Román, se construyó entre 1924 y 1940 y se compone de varias alas con diferentes alturas. Dado su carácter peculiar, el expediente reconoce su "alto interés" histórico, arquitectónico y urbanístico. Durante las obras se eliminarán todos los añadidos que desvirtúan el espíritu original del proyecto, como por ejemplo las estructuras que emergen sobre la cubierta a dos aguas de la chimenea en el ala oeste. Los trabajos se centrarán sin embargo en consolidar la estructura y el exterior de la edificación. Debido al "alto grado de deterioro" de la chimenea, los técnicos deberán desmontarla y reconstruirla. Algo similar ocurrirá con los silos, que se devolverán a su aspecto original.

El almacén goza también de protección. El proyecto contempla eliminar la pasarela que lo conecta con el edificio principal, situado al lado norte del patio este. Los técnicos comprobarán la resistencia de la pasarela que enlaza el almacén con la parte superior del edificio principal para decidir si debe preservase o no. Al igual que ocurre con el inmueble principal, las obras se centrarán principalmente en preservar la estructura.

En el caso de la fachada que da hacia la calle Falperra, también protegida, el proyecto contempla suprimir la estructura que se eleva una planta sobre la cornisa en el extremo norte del edificio.

A la hora de escoger el proyecto para la reforma de La Panificadora, los técnicos valoraron la protección del característico perfil del edificio, la puesta en valor del complejo industrial, potenciar su valor paisajístico y emplear los árboles y vegetación del entorno para humanizar el espacio.

Tras anunciar los avances en la tramitación del proyecto, el alcalde, Abel Caballero, destacaba esta semana que la recuperación de La Panificadora es ya "imparable". Tras el visto bueno de la Gerencia de Urbanismo, la Xunta dispone ahora de un plazo de dos meses para presentar un informe en el que decidirá si avala o no la actuación en el edificio. A lo largo de los últimos meses el Concello ha incorporado todas las alegaciones de Patrimonio, lo que lleva a Caballero a confiar en que el dictamen del organismo autonómico sea favorable.

Una vez Patrimonio dé su plácet, el Gobierno local podrá trasladar el proyecto al pleno para su aprobación definitiva, paso previo a la expropiación de los terrenos sobre los que se levanta la antigua fábrica de elaboración de pan. Los propietarios presentaron ocho alegaciones que Urbanismo rechazó al considerar que no buscan el "interés urbanístico de la ciudad", sino el de los particulares.

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