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El incremento de la carga de trabajo obliga a las constructoras a reforzar sus plantillas

El urbanismo vigués atraviesa una situación peculiar. El "pinchazo" del ladrillo y sobre todo la anulación del PXOM de 2008 -tumbado por una sentencia emitida por el Supremo en 2015- desplomó la obra nueva hasta el punto de que el stock de vivienda a estrenar cayó a mínimos históricos y la demanda de casas de segunda mano se disparó. En paralelo, sin embargo, el repunte de obra pública ha llevado a las constructoras a un escenario peculiar: necesitan más personal del que disponen.

Un informe de la Fundación Laboral de la Construcción concluía hace apenas unos meses que este año el sector necesitará 900 nuevos trabajadores para hacer frente a la carga de trabajo que se espera en Vigo. El "boom" en la demanda de operarios se explica en gran medida por el alcance de proyectos como el Centro Vialia, que ya está en ejecución; las obras para reconvertir el antiguo Hospital Xeral en Ciudad de la Justicia o la oleada de humanizaciones impulsadas desde el Concello. Sobre la mesa hay también proyectos de calado, como la humanización de Porta do Sol o la reforma del boulevard de Gran Vía.

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