La salida al mercado de los nuevos todocaminos estará precedida por millones de kilómetros de pruebas en carretera para asegurar la máxima calidad y fiabilidad de los tres modelos. Al igual que con las K9 se someterán a test en 2,5 millones de kilómetros en distintos viales, con rodajes "severizados" de 60.000 kilómetros en escenarios adversos para los coches tanto en centros de ensayo como en exteriores.

Lo que se persigue es que la calidad recibida por el cliente sea la mayor posible, hasta el punto de que perciba como nuevo uno de estos vehículos con tres años de antigüedad. En el proceso de fabricación también se controlarán hasta 1.800 características funcionales de cada unidad que salga de la planta de Balaídos y se revisarán 50 unidades por modelo y día.