Además de un icono de la arquitectura industrial, La Panificadora ha alcanzado el difícil objetivo de constituirse en parte de la identidad de Vigo pese a llevar medio siglo abandonada. Y es que cuando entró en funcionamiento en noviembre de 1924 se convertía en una de las instalaciones industriales más modernas de España, con una previsión de fabricación de casi cincuenta toneladas diarias de pan.

Por ello recuperar su esplendor se ha convertido en una de las grandes metas del actual gobierno local prácticamente desde su llegada a Praza do Rei.

Tras la quiebra de la empresa en 1980, la factoría viguesa fue clausurada y abandonada de forma definitiva al año siguiente. En octubre de 2010 el Concello decidió suspender las licencias de edificación para levantar un bloque residencial en la parcela y al año siguiente anunció su idea de rehabilitar el complejo y dotarla en un futuro de equipamientos de ocio y culturales.

El inicio de su recuperación está cada vez más cerca pero para llegar a este punto hubo que pasar por numerosos trámites que ralentizaron el proyecto para transfromar y rehabilitar uno de las grandes figuras del patrimonio industrial de la ciudad.