El Puerto de Vigo sospecha que hay barcos que se aprovechan del abrigo de sus aguas. Buques que con el pretexto de mal tiempo, a veces justificado y otras exagerado por sus capitanes, se refugian en Cíes cuando su verdadera finalidad no es otra que esperar las horas suficientes para ajustar la llegada a su destino: Portugal. Para determinar la frecuencia y cantidad de los mercantes que en ruta hacia terminales como Leixões podrían estar haciendo ese supuesto "uso interesado" del fondeadero de Cíes, la Autoridad Portuaria ha iniciado una investigación que incluye un seguimiento pormenorizado desde que echan el ancla frente a la playa de Rodas hasta que reanudan la marcha y hacia dónde se dirigen.

Ya en el inicio de estas pesquisas en Praza da Estrela asumen que podrían detectarse fallos en el cumplimiento de sus propios procedimientos. La última instrucción sobre ordenación, coordinación y control del tráfico marítimo del Puerto y la Ría de Vigo entró en vigor en junio de 2017 tras su aprobación en el Consejo de Administración. Este documento detalla las pautas y requisitos a exigir a los barcos que se adentran en estas aguas por parte de Vigo Tráfico. Este centro de Sasemar con sede en la Estación Marítima gestiona el tránsito marítimo en virtud de un convenio con el Puerto, y es quien autoriza la entrada, salida y operación del buque en nombre del Puerto.

El presidente no descarta que las conclusiones de la investigación en marcha aconsejen una revisión a fondo con todos los actores implicados -Vigo Tráfico y Capitanía Marítima, principalmente- de la instrucción aprobada hace dos años o incluso incorporar una nueva ad hoc enfocada a evitar el "aprovechamiento con fines comerciales " del fondeo en Cíes. "De momento solo tenemos una percepción, pero fundada de que hay barcos siempre refugiados en estas aguas cuya presencia no parece que tenga nada que ver con una emergencia mecánica o meteorología adversa", precisa Enrique López Veiga.

Una parada muy tentadora

El grueso de las sospechas recaen sobre todo en los mercantes en ruta hacia los puertos de Portugal más cercanos a Vigo, caso de Viana do Castelo y Leixões. Para estos capitanes resulta muy tentador parar en el fondeadero de Cíes. Antes de esperar frente a los muelles lusos, sufriendo por su exposición al mar abierto, en la isla viguesa disponen de un formidable abrigo donde aguardar el tiempo justo para zarpar directo hacia al muelle luso. Y todo sin gastar en Vigo.

El dirigente portuario quiere atacar esta dinámica o al menos sacarle provecho. Entre las medidas que baraja, la prohibición del fondeo a estos barcos para forzarlos a atracar en los muelles donde abonarían las correspondientes tasas. Por las primeras reuniones en Praza da Estrela, el cometido no parece fácil precisamente por la costumbre de revestir siempre la petición del permiso con las malas condiciones de la mar. "Nunca nos negaríamos a dar entrada por estas razones climatológicas, pero muchas veces el mal tiempo no azota aquí, en Cíes, sino en Portugal, así que lo normal es que si quieren abrigarse es que paguen. ¿Servir de puerto refugio a Leixões y aun por encima gratis? Esto sí que no?", razona López Veiga.

Quienes están muy al tanto del tráfico en la ría coinciden en que "resulta mosqueante" lo que ocurre con el fondeo en Cíes. Sin embargo, más que por parte de barcos que fondean aquí para ajustar sus escalas en Leixões o a la espera de que su naviera indique el próximo destino, estos expertos apuntan dos circunstancias que sí propician esta picaresca.

La primera, protagonizada por esos barcos que tras operar en Vigo se dirigen hacia la isla con una autorización que tienen garantizada como gesto de "cortesía" por haber utilizado las instalaciones locales, con el consiguiente desembolso económico ya sea por provisiones, repostaje de combustible, reparaciones, embarque o desembarque de mercancías o tripulantes. Solo que aprovechándose de este permiso los hay que se pasan en la isla más de tres días, y esto solo encaja si se atribuye a una espera "a órdenes", como suele decirse cuando se está pendiente del comunicado de la naviera para dirigirse al próximo puerto.

La segunda de las paradas en Cíes "interesadas" se camufla con la meteorología. Todo capitán que alegue este motivo recibe la autorización de fondeo casi de manera automática. Muchas veces las apariencias de buen tiempo dentro de la ría engañan con respecto a la realidad del mar que azota por fuera del archipiélago, aunque en otras ocasiones transcurren demasiados días desde que llegan a Cíes como para no desconfiar de los motivos reales de la prolongación de su parada. Así que para las citadas fuentes sobran motivos para la investigación del Puerto pese a prever que determinará un uso interesado del fondeadero "irrelevante en número".