Zona Franca reactiva el proyecto dirigido a poner fin al aparcamiento indiscriminado en el área de Vigo del intenso tráfico pesado nacional e internacional que genera su potente tejido industrial ofreciendo a esta flota de camiones un área vigilada dotada de habitaciones, restaurante, vestuarios, suministro de combustible y taller de reparaciones. "Es una necesidad que no puede esperar más", justifica el delegado del consorcio sobre un recinto que los transportistas reclaman desde hace más de una década. Para demostrar su disposición a acelerar al máximo su construcción, David Regades avanza para la próxima semana una licitación de doble cometido: el estudio para la localización del Centro de Servicios al Transporte (CST) y el plan sectorial para urbanizar tan pronto se adquiera la parcela de Porriño, el municipio elegido finalmente. Superior a los 100.000 m2, la superficie deberá ofrecer aforo para más de 200 tráilers.

Sobre los pasos vinculados a esta iniciativa por la anterior delegada, en el pliego a punto de licitarse se valoran como meros "intentos que por diferentes dificultades no se han podido materializar hasta este momento". Ahora como punto de partida, y de cara a reducir el ámbito de localización del futuro CST, se toma el análisis hecho por técnicos de la casa del potencial de tres áreas: una en Vigo, junto a la Avenida Clara Campoamor identificada en el PXOM del 93 como PAU-7; y dos en O Porriño, una pegada a la A-55 y la AP-9, y otra en Cans, bordeando la autovía Rías Baixas (A-52). Salvo que el nuevo estudio sorprenda con emplazamientos diferentes, a priori la viguesa queda descartada mientras que la "favorita" sería la situada al norte del polígono de As Gándaras.

El pliego subraya que el principal objetivo de este complejo es ordenar el sector de transporte de mercancías y mejorar su competitividad. Para los conductores supondrá "una mejora social" por las facilidades al desarrollo de su actividad, y también para los habitantes del área de Vigo puesto que gozarán de un mayor bienestar, con menos ruido en sus calles al eliminarse parte del tráfico pesado que circula por ellas en busca de un lugar donde aparcar. Su ubicación tendrá que cumplir varias premisas: una dimensión "mínima" de 100.000 m2 para aparcar de 200 a 500 camiones; sin pendientes pronunciadas y conectado a vías de alta capacidad; y alejado de viviendas pero sin exceder 30 kilómetros del centro portuario de Bouzas.

Además del mencionado alojamiento, el restaurante, taller de reparación, tienda de suministros y puesto de repostaje, en función del terreno disponible el CST podría albergar naves logísticas. "El boom del comercio por internet ha variado las necesidades de este sector por eso tal vez interesen puntos de almacenaje o transbordo para redistribuir mercancías", explica el delegado. En todo caso, estos y otros servicios a mayores saldrán de ese análisis de mercado a elabora por la consultora y de los recomendados por las asociaciones del sector con las que contactará.

La Consellería de Infraestructuras está al tanto de la inminente licitación. Zona Franca le remitió un adelanto del pliego en un gesto de cortesía de Regades buscando así el apoyo y celeridad en la tramitación urbanística del proyecto sectorial. "Por supuesto", indicaron a este periódico fuentes del departamento de Ethel Vázquez que acogió ya una reunión para abordar los pormenores de la propuesta entre el director xeral de Mobilidade, Ignacio Maestro, y la directora de Promoción Económica del consorcio, Rosa Eguizábal.

Regades pretende llegar a finales de este año con los terrenos ya comprados. En cuanto a la partida que se propone invertir que la exdelegada cifraba por encima de los siete millones, el nuevo responsable del organismo estatal prefiere aguardar al estudio antes de estimar la inversión. "Lo importante es que con este paso que damos ahora, hoy la Ciudad del Transporte está más cerca de hacerse realidad", destaca.