Menos plazas que en la mayoría de aeropuertos de la Península Ibérica, pero también horarios poco atractivos y precios más elevados. Ésta es la situación en la que queda la ruta Vigo-Barcelona desde el 1 de abril. El primer avión del día no parte hasta las 9.45, por lo que los viajeros no pueden llegar hasta pasadas las 11.30 a El Prat. Dificulta conexiones con otras rutas y la realización de una jornada laboral completa. En Alvedro, por ejemplo, el primer avión sale a las 07.00. Además, el vuelo de la tarde desde Vigo no llega a la Ciudad Condal hasta casi las doce de la madrugada.