La ampliación de la terminal de Bouzas nació del grupo de trabajo del Crecimiento Azul ( Blue Growth) donde participan directivos de las empresas que gestionan el movimiento de vehículos en esta explanada. De estos encuentros salió hace dos años la propuesta "Terminal Ro-Ro Plus, una suerte de hoja de ruta con las actuaciones aconsejadas para elevar los estándares de eficiencia y de calidad del servicio que se presta en este recinto. De entre todas las reflejadas en el documento destacaba el aumento de la superficie y de línea de atraque y profunda pensando en los grandes buques.

A partir de este momento el Puerto, apurado por las formidables previsiones de exportación de vehículos de PSA vinculadas al lanzamiento de los nuevos modelos, comenzó a trabajar en una ampliación que adaptase la terminal a esa demanda futura. Una obra que además de atraer a los grandes colosos del mar sirviese para desahogar el aforo de una campa que opera en determinadas épocas del año al borde de la congestión de esa capacidad situada en 17.000 vehículos (la teórica puede estirarse hasta los 20.000 unidades). Como se comprobó el pasado verano al registrar un colapso histórico que llevó a los operadores logísticos de Balaídos a una búsqueda desesperada de aparcamientos alternativos al Puerto -sondeó el parking de Peinador- donde estacionar el stock de PSA.

El presidente de la Autoridad Portuaria tomó ese episodio como un aviso de lo que podría repetirse, y con peores consecuencias, de seguir retrasando la actuación demandada por los operadores. De ahí la consigna a la consultora que redacta el Plan Director de Infraestructuras para que elaborase una ampliación más ambiciosa y dejase la prevista, aprovechando la escollera exterior, para una segunda fase. Enrique López Veiga también aprovechó la presentación del Plan Estratégico para confirmar que la primera gran obra de su mandato se acometería en Bouzas. Y en opinión de los operadores al tanto de la dimensión de la nueva superficie que se ganará "buena falta hará", vaticinan.