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Turismo y ocio elevan su peso en la economía viguesa: ya representan un tercio del negocio

Hoteles, comercios y restaurantes suman el 32,5% de las sociedades, muy por delante de la construcción o la industria - Tras cuatro años de crecimiento, 2018 registra una caída en el número de actividades económicas

Turismo y ocio elevan su peso en la economía viguesa: ya representan un tercio del negocio

El turismo y el ocio se han consolidado como nuevos motores económicos de Vigo. El impacto de festivales como O Marisquiño, la recuperación del Casco Vello, el alumbrado navideño, y la promoción de Peinador y Cíes se notan, y mucho, en la economía de la ciudad, en la que comercios, restaurantes y hoteles ya representan un tercio de las actividades económicas que rinden cuentas al fisco. Con el resto de sectores, Vigo sumaba al cierre del pasado ejercicio algo más de 41.600 negocios, casi 5.000 más que al final de la crisis, pero 1.322 menos que en 2017, lo que constata que la desaceleración económica que se vive a nivel mundial no ha pasado del todo desapercibida en el municipio.

Uno de los indicadores más representativos de la marcha de todo territorio son las actividades económicas inscritas en la Agencia Tributaria (AEAT), y de las 41.685 registradas a finales de 2018, unas 14.000 se corresponden con personas físicas y el resto, con personas jurídicas. En el cómputo global destacan por número las relacionadas con los sectores del ocio y el turismo, con 13.586 negocios, un tercio del total controlado por el fisco. Las segundas en el ranking son las vinculadas a instituciones financieras y seguros (11.103), y ya a mucha mayor distancia figuran transportes y comunicaciones (4.936), otros servicios (4.872), construcción (4.066) y otras industrias (1.565).

De la estadística de la AEAT remitida al Concello se puede extraer que la economía viguesa es mucho más que industria del automóvil, pesca o construcción naval -al menos, en lo que se refiere al número de negocios que componen cada sector-, y que el turismo y el ocio juegan un papel crucial. La consolidación de certámenes lúdicos y profesionales de talla internacional, como pueden ser O Marisquiño y Conxemar; la promoción de la ciudad con campañas como la del alumbrado de Navidad o Cíes, y el respaldo que Concello y Diputación han dado estos últimos años al aeropuerto de Peinador para asegurar conexiones internacionales durante buena parte del año han dejado récords de visitantes en la ciudad en 2018. Y esto revierte a la postre en los ingresos de hoteles, restaurantes y comercios, entre otros negocios.

Con todo, 2018 ha supuesto un punto de inflexión en el crecimiento sostenido -con tasas superiores al 2% y el 4%- que habían tenido las actividades económicas desde que acabó la recesión con la primera caída en el número de negocios que registra en cinco años. Así, Vigo perdió 1.322 negocios en el último año, en el que solo han crecido los sectores de "industria de transformación de minerales y química", "otras industrias", "transportes y comunicaciones", "instituciones financieras y seguros" y "otros servicios". Cabe recordar que en la ciudad, tanto personas físicas como jurídicas están exentas del pago del impuesto de actividades económicas con una cifra de negocios inferior al millón de euros.

Los sectores tradicionales de Vigo siguen tirando pese a todo del carro. La industria, por ejemplo, lleva varios años encadenando crecimientos liderada por la automoción, la metalurgia y la construcción naval, que después de varias crisis estructurales y coyunturales (como la suspensión del antiguo tax lease) está creciendo a marchas forzadas con los mejores datos de contratación desde 2011. Y lo mismo con la pesca y sus derivados, que encadenan récords de ventas a nivel mundial, lo que ha despertado el apetito de grandes fondos de inversión. De hecho, automoción, pesca y construcción naval acaparan prácticamente la totalidad de las exportaciones a través del Puerto vigués, junto con el granito, la piedra elaborada y el textil.

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