Después de que la Federación gallega de empresarios de ambulancias (Fegam) y los trabajadores rompieran el jueves las negociaciones del convenio colectivo, el conflicto se ha recrudecido. La patronal denunciaba ayer que, en las últimas 24 horas, contabilizaron hasta 35 "sabotajes" a los vehículos, "principalmente en Vigo y Baixo Miño". Además, en la ciudad, la base de Ambuibérica "fue allanada por desconocidos que inutilizaron las cámaras de seguridad con pintura y destrozaron equipamiento, cortaron cinturones y pincharon las ruedas de las cuatro ambulancias que había en el interior".

Ante esta situación, pide a la Xunta que "ponga en marcha los mecanismos necesarios para garantizar el servicio". La patronal sostiene que "la ciudadanía se está empezando a ver afectada por estos actos vandálicos".

Precisamente, ayer por la mañana, un jugador de categoría cadete del Coruxo tuvo que esperar 40 minutos con una tibia rota sobre el campo de fútbol hasta que llegó una ambulancia. Una enfermera que asistía como público al encuentro atendió al chico, mientras la asistencia sanitaria llegaba al campo de Fragoselo desde Redondela.

Fuentes de los trabajadores reconocen que esta espera podría haber sido consecuencia de la huelga, pero subrayan que "es una situación habitual". Denuncian que "el número de ambulancias es manifiestamente insuficiente", especialmente, ante el incremento en un 20% del número de emergencias en Galicia en los últimos años. Un porcentaje que aseguran que es "mayor" en el área de Vigo.

Destacan que esta es una de las cuestiones que quieren denunciar con su huelga. Demandan una asistencia sanitaria de calidad, además de mejoras laborales y salariales. Los trabajadores llevan con el salario congelado desde que venció su convenio, en diciembre de 2014.