Una de cada diez personas sufre una enfermedad renal crónica. Entre 65 y 74 años la padecen uno de cada cinco hombres y una de cada cuatro mujeres. Se trata de una dolencia silenciosa, que puede provocar la pérdida de hasta el 90% de la función renal antes de ser detectada. Y altera y de qué forma, el día a día de los que la sufren. La dieta que tienen que seguir es muy estricta y compleja. Nada de sal y restringir al máximo la ingesta de agua, potasio, sodio y fósforo. Por ello cuando la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo le propuso al chef pontevedrés Pepe Solla organizar un showcooking para estos enfermos en el mercado vigués del Progreso, el prestigioso cocinero no lo dudó.

"Cuando me lo plantearon hace un mes desconocía la mayoría de las limitaciones a las que estaban sometidos estos enfermos, por eso me fue muy complicado decidir el menú que iba a preparar. Al no poder tomar sal, la clave está en jugar con los aromas, con los perfumes de la comida", explicaba Pepe Solla. Cocinó varios platos, como un ceviche y un pulpo cocido. Sin agua, eso sí, pero con aceite.

Decenas de pacientes renales acudieron a la cita. El mercado vigués del Progreso puso a disposición sus instalaciones de forma completamente gratuita y Pepe Solla no cobró ni un solo euro por este showcooking. No solo eso. El cocinero ofreció a los enfermos renales crónicos que estaban en el evento que lo llamasen siempre que lo necesitasen a su restaurante en Poio ante cualquier duda culinaria que les surgiese o a preguntar por cualquier receta.

Mientras cocinaba, el chef estuvo acompañado en todo momento por Celia Gálvez, una nutricionista viguesa que ofrecía distintos consejos a los enfermos renales. Por ejemplo, evitar siempre las conservas y lavar las verduras envasadas aunque no tengan sal.

La presidenta de la fundación y nefróloga Blanca Miranda, explicaba cómo a estos pacientes les cambia la vida cuando les detectan la dolencia en los riñones: "Van a perder su trabajo porque tienen que pasarse más de 25 horas semanales en diálisis. Al ser enfermos crónicos se mueven en el ámbito de la vulnerabilidad y la exclusión social. Les cuesta aceptar esos cambios tan drásticos en su vida".

Ahora, gracias a Pepe Solla, afrontarán de otra forma el día a día, al menos en la cocina.