La clarinetista Andrea Álvarez (Vigo, 1987) ha sido miembro de un buen número de orquestas jóvenes como la Nacional de España, la Sinfónica de Galicia, la Juvenil Iberoamericana, la Schleswig-Holstein Musik Festival, entre otras muchas. También participó en la Pacific Music Festival Orchestra y fue academista en la Nederlands Philharmonisch Orchestra. De regreso a España, trabaja con la Orquesta Vigo y hoy será solista con su división joven (auditorio Martín Códax, 20.30 horas).
-Te iniciaste en la banda de Beade y ahora tienes un master orquestal. ¿Cómo de diferente es tocar en una banda y en una orquesta?
-En mi caso, el rol del clarinete es completamente distinto. En la orquesta, al haber solo un clarinete o dos, eres un solista, tienes que estar siempre al 200%, eres un pilar muy fundamental. En la banda es uno de los elementos más abundantes y aprendes a tocar en grupo. Es como el violín de la orquesta. Así que a nivel técnico e interpretativo, es muy exigente. De los dos se aprende mucho.
-Las bandas son la gran cantera de formación en Vigo, mucho más accesible que una orquesta, ¿no?
-Sí, sobre todo en los instrumentos de viento. La mayoría nos formamos en la cantera de las bandas y creo que el hecho de que haya tan buen nivel de músicos de viento es gracias a eso. Desde pequeñita te acostumbras a estudiar, a tocar en grupo, a vivir la música? El mundo de la orquesta es muy complicado y más en un instrumento como el mío, en el que hay dos en cada una. Puedes hacer las cuentas. El hecho de que haya podido participar en tantas orquestas jóvenes y profesionales es un lujo y, a día de hoy, más, porque cada día es más difícil que haya plazas libres, audiciones? Por eso es muy importante este tipo de proyectos, como la Xove Vigo 430, que tengamos la suerte de tener en Vigo una orquesta profesional que invierta su tiempo en estos proyectos para los jóvenes. Yo que no tuve la oportunidad de tener una orquesta de este estilo aquí me parece una oportunidad espectacular.
-Te trasladaste a Amsterdam a continuar tus estudios. ¿Qué diferencias observas en la formación musical de España y de Europa?
-Me fui a Ámsterdam como me pude ir a otro sitio. Lo importante es encontrar un ambiente y un profesor con el que encajes. Creo que en España tanto el nivel de estudiantes como de profesorado es increíble. No es a nivel formativo la diferencia, es a nivel de la importancia que se le da a la música y a la cultura, la audiencia que tienen hasta orquestas jóvenes, las ganas y el nivel de conciertos, siempre en cada esquinita... Se le da otra importancia que aquí no. A nivel formativo España no se queda atrás, el problema es luego la oportunidad de poder tocar y que nos lo valoren. Es cuestión de mentalidad.
-¿Es más difícil hacer carrera en España?
-Creo que sí. Por poner un ejemplo, aquí en Vigo no tenemos ni banda municipal a nivel profesional. En Holanda mismo, siendo un país pequeñito, hay gran cantidad de orquestas de todas las categorías. La demanda y la oferta es clave.
-¿Cuál es tu aspiración?
-Desde siempre, ha sido tocar en orquesta. Mi objetivo es conseguir una plaza profesional. Sigo en ello, haciendo audiciones todo el tiempo que puedo entre la docencia y los ensayos de la orquesta. Es difícil, pero mi sueño es ese. Algún día llegará.
-¿Qué significa para ti el "Concierto número 1 para clarinete y orquesta" de Weber que tocarás hoy?
-Lo toqué en su día siendo más pequeña. Weber siempre fue un compositor que me gustó mucho, tiene muchas piezas para clarinete y durante nuestra carrera en el conservatorio siempre tocamos algo de Weber. Sin embargo, este es un concierto que nunca he tocado a nivel solístico ni de cara al público. Es música muy bonita, muy agradable de tocar, con muchos matices distintos. Es como hacer una ópera en un tiempo reducido. Tanto yo como la orquesta podíamos aprender mucho.
