El Punto de Atención Continuada (PAC) de Vigo vivió el pasado sábado un nuevo colapso. Es el tercero en lo que va de año y la causa es siempre la misma: el Sergas traslada a uno de los cuatro médicos del servicio de urgencias a sustituir una ausencia en otro municipio y no lo cubre. En esta ocasión, Sanidade derivó a uno de los doctores de Vigo a Moaña desde las 15.00 del pasado sábado hasta las 8.00 del domingo. Dieciséis horas en las que la tónica habitual de las urgencias del antiguo hospital Xeral fueron demoras de más de dos horas para ser atendidos y una sala de espera a rebosar con treinta personas. Una situación que provocó un gran malestar entre los pacientes.

"Al coincidir en Carnaval tuvimos mucho follón. Menos mal que no pasó nada. Pero un día habrá una desgracia y ahí vendrán las lamentaciones. Este es el resultado de la gestión de los últimos diez años", dice una de las facultativas que estuvo de guardia el sábado. Afortunadamente, no llegó ningún enfermo grave, sino que la mayoría estaban aquejados de infecciones respiratorias. La situación provocó que durante las 16 horas en las que se quedaron con un efectivo menos, los médicos de urgencias tuviesen que atender a una media de cincuenta pacientes cada uno.

Los profesionales que quedaron en el PAC pusieron un letrero muy claro: "En este servicio hoy falta un médico y el Sergas no lo sustituye. Lamentamos las molestias y esperas que este hecho les pueda ocasionar". Sin embargo, alguno de los pacientes, muy nerviosos, pagaron la situación con el personal administrativo de recepción.

El Punto de Atención Continuada de Vigo no suele tener problemas de personal ni de colapsos, especialmente en comparación con PAC más pequeños, como los de Ponteareas, O Morrazo, Porriño, Tui o A Cañiza. Sin embargo, el no sustituir posibles ausencias sume al servicio de urgencias en un auténtico caos.

En Cangas sucedió algo similar la noche del domingo. Un médico tuvo que a última hora, y el Sergas no lo cubrió, quedando un único facultativo de guardia. El personal alertaba de que no era una situación puntual, sino algo que se estaba convirtiendo en una mala costumbre. Insisten en que no es un hecho aislado y se recuerda que si un médico de guardia tiene que salir, como es algo habitual, a atender a un paciente a un domicilio, el centro de salud se quedará sin médico, con las graves consecuencias que puede tener esta circunstancia si en ese momento llega un enfermo grave.