Cada 30 segundos algún conductor exprime el acelerador de su vehículo por encima de los límites permitidos en alguna de las decenas de calles del casco urbano limitadas a 30 km/h. Es solo uno de los preocupantes datos que revela el estudio que está realizando el Concello . Hace dos semanas que los agentes comenzaron a inspeccionar el grado de cumplimiento de la normativa en estos viales de tráfico calmado. Los primeros datos reflejan un importante número de infracciones en varios de ellos. De hecho, fueron precisamente denuncias vecinales las que empujaron a la Concejalía de Tráfico a iniciar este informe para tratar de atajar el problema. Desde el pasado día 13 de febrero fotografiaron más de 1.500 excesos de velocidad en calles en las que no se puede circular a más de 30 km/h. En ningún caso -garantizan desde el Concello- se les multará.

Para realizar esta campaña, el Ayuntamiento está empleando el radar Veloláser de última generación que adquirió el año pasado. Se trata de un modelo llamativo por sus reducidas dimensiones y también por sus prestaciones: es casi indetectable y puede ubicarse casi en cualquier punto, a diferencia del vehículo camuflado. De hecho, a mediados de febrero provocó un revuelo en las redes sociales al ser cazado por varios internautas controlando coches en el centro de Vigo. Sin embargo, el Concello aclaró que no se está utilizando todavía para sancionar, sino para desarrollar el citado informe. "Se pretende analizar y prevenir velocidades excesivas. Con los datos se elaborará un estudio para trasladar a los ciudadanos la necesidad de respetar los límites. Además, servirá también para mejorar la señalización para que sea más visible en aquellas calles que detectemos que puede ser necesario", aclaran fuentes municipales.

En la ciudad hay ya más de 200 viales limitados a solo 30 km/h. La mayoría están en el casco urbano. Pero este límite, y a tenor de los primeros datos recabados por la Policía Local, se supera en muchos casos cada minuto. El ejemplo más llamativo es el control que realizaron con el Veloláser a la altura del número 7 de García Barbón. Fue el 22 de febrero a las once de la mañana. En solo 45 minutos más de un centenar de conductores pasaron exprimiendo su coche por encima de los 30 km/h a los que está limitado este vial. La velocidad máxima detectada en este control fue de 62 km/h. Si los agentes hubieran sancionado al infractor, la multa económica hubiera ascendido a 400 euros. Además, se le habrían retirado 4 puntos del carné de conducir al tratarse de una infracción grave.

Ningún delito penal

La velocidad máxima a la que fue sorprendido un conductor durante los primeros días de esta campaña fue de 69 km/h. Ocurrió en la calle Pi y Margall, a la altura del número 32. La sanción por superar el límite de velocidad en casi 40 km/h también habría sido de 400 euros y 4 puntos. En ningún caso los agentes detectaron por ahora infracciones muy graves constitutivas de delito. Si se excede la velocidad en más de sesenta kilómetros por hora pasaría a ser un delito tipificado por el Código Penal. Quien cometa la imprudencia de circular a 90 km/h o más en zonas de 30, se arriesga a una pena de prisión de tres a seis meses además de a la privación del derecho a conducir vehículos a motor entre uno y cuatro años.

En las dos semanas que lleva en funcionamiento esta campaña de control sin multas, el radar contabilizó casi 20.000 vehículos. De ellos, solo 1.500 superaban la velocidad permitida, con lo que el porcentaje de incumplimiento no es demasiado elevado. Solo el 7,8% de los conductores corrían más de lo permitido en alguna de las doce calles en las que se instaló el Veloláser desde el pasado 13 de febrero.