El 28 de marzo Miguel Á. M. N. se sienta en el banquillo de acusados de la Audiencia de Ourense para hacer frente a una petición de la Fiscalía de 5 años y medio de cárcel, más 4.320 euros de multa, como presunto autor de un pequeño incendio forestal registrado en Os Blancos, el 15 de octubre de 2017, que afectó a una superficie de 1,2 hectáreas. Según la fiscal delegada de Medio Ambiente, "existió un grave peligro para la vida de las personas, dada la proximidad del incendio a los núcleos de población, estando las viviendas a unos 300 metros del lugar de inicio y una granja de pollos con actividad a una distancia de 250 metros".

Fue el mismo domingo de la ola incendiaria de octubre de 2017 que asoló Galicia: ardieron en la comunidad 49.200 hectáreas en 264 frentes, casi la mitad de la superficie -22.623 hectáreas- en la provincia de Ourense. Fallecieron cuatro personas, una de ellas, Marcelino Martínez, de 78 años, en Carballeda de Avia. Según la Fiscalía de Ourense, ese domingo, Miguel Á. M. N., "prendió fuego en una finca propiedad de su mujer", sobre las 13.40 horas, "con un instrumento adecuado para ello, que portaba previamente".

El hombre, natural de Rairiz de Veiga, aunque residente en Vigo y funcionario en un juzgado de la ciudad olívica, alegaría después que él únicamente hizo un fuego "muy pequeño" para "asar un chorizo". Ingresó en prisión preventiva el 19 de octubre de 2017 y fue excarcelado al mes siguiente tras pagar 2.500 euros de fianza.

Está acusado de un presunto delito de incendio forestal de los artículos 352 y 353 del Código Penal. Es el tipo agravado para los fuegos de "especial gravedad", aquellos en los que concurren circunstancias de riesgo. En este caso, que se originara en "zonas próximas a núcleos de población o a lugares habitados", y que "sea provocado en un momento en el que las condiciones climatológicas o del terreno incrementen de forma relevante el riesgo de propagación".

Apoyo de ecologistas

Tras su arresto, la junta de personal de Justicia de Pontevedra salió en su defensa y pidió que no fuese señalado "como cabeza de turco para desviar la visión de los graves fallos del Gobierno gallego por una nefasta política contra los incendios y de protección de nuestros montes". El movimiento ecologista, al que pertenece, también se solidarizó con él.