-¿En el congreso abordarán nuevas técnicas?

-Sí. Hablaremos de la biopsia líquida, que ya usamos para el diagnóstico del cáncer de pulmón y colon. Probablemente, nos valdrá en un futuro para ver la respuesta a esos tratamientos. Debatiremos sobre si va a hacer desaparecer a la biopsia de tejido y de los nuevos biomarcadores para los diferentes tumores.

-Más allá de la biopsia líquida, ¿dónde está el futuro de la oncología de precisión?

-El futuro está también en la secuenciación masiva de todos los tumores. En tener un mapa genético de cada uno para que sepas qué tratamiento poner en un momento determinado. Y, cuando se hace resistente, hacer de nuevo otra secuenciación de genes para saber cuál es el mecanismo por el que el tumor se ha escapado y poner otra terapia que lo bloquee. Que las decisiones que se tomen no sean a ciegas, sino porque sepamos qué la causa.

-¿Y es difícil o caro crear el mapa de cada tumor de cada paciente en cada momento?

-Sí. Cuando se generalice será más barato y rápido. Y tampoco consiste en que en cada paciente, en cada tumor, hacerle absolutamente todo. Hay que optimizar recursos. En cada paciente buscaremos biomarcadores que sabemos que puede tener y que responden a fármacos que están en el mercado.