Hace casi dos semanas que una vecina llegó a la clínica veterinaria Quisquelo, en la parroquia viguesa de Alcabre, con un perro mestizo abandonado que apareció en su finca. Cuando lo recibieron las veterinarias Rocío Pereira y Brenda Martínez, el can estaba moribundo, con múltiples heridas distribuidas por todo su cuerpo y un enorme sufrimiento.

Vista la gravedad y el padecimiento del perro, lo primero que se plantearon las profesionales fue sacrificarlo. Barajaron la eutanasia, pero finalmente decidieron intentar salvarlo. El animal llegó a la clínica sin chip identificador, sin nadie que lo reclamase y apenas alcanzando los dos años de edad. Lo primero que tuvieron que hacer fue sedarlo, ya que tenía pavor a que alguien lo tocase. Le practicaron suturas y le pusieron varios tratamientos y ha conseguido sobrevivir.

"Tiene muchas cicatrices antiguas, señal de que ha sufrido malos tratos y decenas de palizas", explica sobrecogida Rocío Pereira. Mordeduras de otros perros y golpes de todo tipo en la boca, el hocico, las patas, la cabeza, en el pecho? Todo el cuerpo dañado de forma muy grave. Estas heridas, muchas de ellas antiguas y otras también recientes, y el hecho de que el can tenga "un miedo visceral" a estar en contacto con otros seres humanos y animales deja una conclusión bastante evidente tanto para las veterinarias como para las personas que conocen su caso: fue utilizado como "sparring" para entrenar a perros de pelea.

Estas contiendas callejeras son una práctica habitual en varios puntos de España, incluida Galicia. Es tal el trauma que tiene este can mestizo debido a participar en esas batallas ilegales que al mínimo ruido acude de inmediato a esconderse e incluso a las veterinarias le ha sido muy difícil acercarse a él.

La Ley de Protección y Bienestar de Animales de Compañía de Galicia prohibe expresamente utilizar animales en peleas, fiestas o cualesquiera otras actividades que conlleven malos tratos, crueldad o sufrimiento. También se prohibe la educación agresiva, estresante o violenta a los animales, así como de instigación o preparación para peleas o ataques, a excepción de los adiestradores de perros de empresas de seguridad legalmente habilitadas y con las licencias necesarias y de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que los utilizan para su trabajo.

23

Veterinarias de Alcabre salvan a un perro moribundo usado en peleas callejeras

En este tipo de peleas, la ley autonómica aclara que serán responsables de la comisión de la infracción administrativa las personas organizadoras, las que hubiesen cedido por cualquier título fincas, locales o animales para la realización del espectáculo, así como las personas participantes en él. Estos incumplimientos se consideran infracciones muy graves.

Sin embargo, el Código Penal español no cuenta con una tipificación expresa sobre las peleas de perros. El apartado 4 del artículo 337 recoge que "los que, maltrataran cruelmente a los animales domésticos o a cualesquiera otros en espectáculos no autorizados legalmente, serán castigados con una pena de multa de uno a seis meses. Asimismo, el juez podrá imponer la pena de inhabilitación especial de tres meses a un año para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales".

Penas insuficientes

Unas sanciones que, a juicio de las veterinarias que atendieron a este mestizo completamente vapuleado, "son ridículas". "De todas formas, no sabemos de quién es. ¿A quién vamos a denunciar", se pregunta Rocío Pereira. Por ello no dieron aviso al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Tanto Rocío como su compañera Brenda Martínez asumieron la totalidad de los gastos de los tratamientos y la curación de Roy o Masti, los dos nombres con que se dirigían al animal mientras estuvo con ellas. "Es muy dócil", explican.

Pese a que atienden anualmente "al menos dos o tres casos" muy claros de maltrato animal", no se habían enfrentado a un perro que ha sido víctima, como todo parece indicar, de las peleas callejeras ilegales y palizas tan continuadas a lo largo del tiempo.

El cánido fue trasladado el martes por la tarde a una casa de acogida a la espera de que alguien muestre interés en su adopción definitiva. No obstante, las veterinarias que lo salvaron reconoce la dificultad de que alguien lo adopte: "Nadie se quiere hacer cargo de un perro abandonado". Si finalmente aparece una familia adoptiva, el perro se le entregará vacunado, esterilizado, desparasitado y con el correspondiente chip identificativo. Se descarta totalmente derivar el animal a la perrera, "donde lo encerrarían en una jaula".